Papel

Griezmann, el ejemplo de la estrella

La Razón
La RazónLa Razón

No fue la jugada del partido, pero sí muy significativa y cargada de simbolismo. Ya había roto Antoine Griezmann su sequía de cinco jornadas cuando protagonizó una acción menos decisiva que la de su gol en el Bernabéu, y que quizá por eso pasó inadvertida (o no). Había llegado el Atlético al área del Madrid cuando el equipo blanco recuperó la pelota y salió a la contra. Era raro, pero por una vez el Atlético se había partido con gente arriba cuando de repente, ¡hale hop!, apareció liderando el repliegue defensivo y corriendo como un poseso el chico francés. Tras perseguir a un par de rivales, Griezmann, el goleador, el astro de este equipo, se lanzó al suelo cortando el «peligro inminente».

- Todos curran

La acción define con claridad a este Atlético del Cholo que, con sus virtudes y defectos (esa carencia a veces de toque, de fluidez, de fútbol en ataque estático), ha creado un sello. Este Atlético es un equipo muy bien trabajado y que trabaja; trabajan todos. Así llegó su nuevo triunfo en el Santiago Bernabéu, el tercero consecutivo en tres Ligas, lo que ningún equipo había logrado en toda la historia de la competición en el templo madridista.

- Ha vuelto el derbi

Al final, Griezmann tiró de una vieja frase del recordado Luis Aragonés. Dijo el galo que «un derbi no se juega, se gana», clonando aquella encendida y mítica charla del Sabio a los jugadores de la Selección antes de saltar al campo para la final de la Eurocopa 2008: «Una final no se juega, se gana. Nadie se acuerda del segundo...». Durante 14 años el Atlético fue avasallado por el Madrid, no había derbi en la capital. Las tornas han cambiado. Desde que llegó Simeone, con sus virtudes y sus defectos, hay derbi. Todos corren como posesos hacia delante y hacia atrás. El primero, Griezmann, la estrella...