Champions League
Griezmann enseña el camino al Atlético y Oblak detiene al Feyenoord
Los rojiblancos no conocen la tranquilidad. Tuvieron que remontar dos veces para imponerse al Feyenoord (3-2) con dos goles de Morata y uno del francés
Griezmann siempre está cuando su equipo lo necesita. Remató de espaldas cuando se acababa la primera parte para marcar el gol del empate y cambiar el ánimo de su equipo justo antes de que se marchara al vestuario. El árbitro dio el gol y después pitó el final del primer tiempo. Y el Atlético se sintió aliviado por todo lo que se había quitado de encima.
Por el gol de ventaja que tenía el Feyenoord –el primer equipo neerlandés que ganó la Copa de Europa– y por lo que podía haber sido. Porque antes de que interviniera Griezmann para aliviar a su equipo el Atlético daba sensación de haberse dejado ir, de ser incapaz de contener el juego del rival, que sin necesidad de proponérselo demasiado se iba haciendo con el partido.
En el primer gol del Feyenoord había intervenido la mala suerte, porque el balón despejado por Oblak a disparo de Ueda rebotó en Hermoso para regresar en dirección a la portería. Pero el segundo había mostrado todas las debilidades del Atlético en defensa. Cada vez que el campeón de Holanda mandaba un balón al área temblaba la defensa rojiblanca y Hancko tuvo la oportunidad de rematar dos veces la pelota que le había puesto Zerrouki en un saque de falta sin que nadie le molestara. Azpilicueta perdió la marca y el central del Feyenoord tuvo tiempo para marcar dos goles. El primero lo evitó Oblak, pero no pudo hacer nada en el segundo.
Con el gol de Griezmann el Atlético encontró la paz y los ánimos para entrar como acostumbra en la segunda mitad. Y nada más comenzar, Morata, que vive su mejor momento como rojiblanco, remató a gol un centro de Nahuel Molina desde la derecha que salvó a toda la defensa hasta llegar a su delantero.
Morata había marcado también el primero en una jugada en la que el árbitro debería haber pitado fuera de juego de Saúl. Dejó seguir y el balón que Wieffer cortó para que no llegara al centrocampista rojiblanco le llegó a Morata para empujarlo a gol.
Pero ni siquiera cuando se puso por delante en el marcador el Atlético pudo vivir tranquilo. Después del turno de Griezmann y de Morata llegó el de Oblak, que tuvo que salvar un mano a mano con Stengs para mantener el 3-2 en el marcador.
El guardameta esloveno apareció en los últimos minutos para dar oxígeno a su equipo, que otra vez se vio encerrado atrás cuando el Feyenoord buscaba el empate. La banda izquierda que defendía Samuel Lino era el camino por el que llegaba con más facilidad. Por ahí encaraba Stengs, siempre hacia dentro buscando su pierna izquierda y siempre con peligro. Simeone quiso corregirlo con la entrada de Javi Galán en el campo para tapar ese costado.
El Cholo metía defensas en el campo y el Feyenoord, delanteros. Y Stengs se fue al centro para armar el juego de su equipo. El portero. Wellenreuther, se fue a vivir al área de Oblak para intentar imitar al guardameta del Lazio y Simeone metió un defensa más, Kostis por Morata, pero el esloveno todavía tuvo que estirarse para evitar el empate de Minteh con el tiempo cumplido. Ni un día de paz.
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