Hípica
Jessica Springsteen: del Salto olímpico a portavoz de la dignidad equina con The Lost Horses
La hija del mítico Bruce, que fue subcampeona olímpica por equipos en Tokio, ha decidido prestar su voz a la defensa de los caballos estadounidenses destinados al matadero
Jessica Springsteen, hija del mítico Bruce Springsteen y una figura muy reconocida del Salto de Obstáculos a nivel mundial, ha decidido prestar su voz a una causa que va más allá del deporte: la defensa de los caballos estadounidenses destinados al matadero. Su reciente colaboración con The Lost Horses, una campaña que busca frenar la exportación de equinos para consumo humano y promover una reforma legislativa a nivel federal, la sitúa de nuevo en el foco público, esta vez por su compromiso con el bienestar animal y el respeto hacia la especie que ha marcado su vida desde que era una niña y que la llevó a colgarse una medalla de plata por equipos en los Juegos de Tokio, junto a Laura Kraut y McLain Ward.
The Lost Horses denuncia la existencia de un flujo continuo de caballos, tanto domesticados como salvajes, que cada año son enviados fuera de Estados Unidos para su sacrificio, debido a una laguna legal que permite su exportación. Según expone la organización, miles de animales cruzan las fronteras en trenes de carga con destino a mataderos extranjeros, alimentando una industria de carne equina que opera fuera del conocimiento general de la ciudadanía. Ante esta realidad, la campaña plantea una estrategia de comunicación y presión legislativa cuyo objetivo final es la aprobación del SAFE Act, una ley que prohibiría de forma permanente el sacrificio y la exportación de caballos estadounidenses para su consumo.
En este contexto, la participación de Jessica Springsteen adquiere un significado especial. Medallista olímpica, miembro habitual del equipo estadounidense y figura pública desde muy temprana edad, su presencia otorga visibilidad y credibilidad a un mensaje que busca calar tanto en el sector ecuestre como en el público general. Springsteen narra el primer vídeo oficial de la campaña, una pieza concebida para despertar conciencia sobre el destino de miles de caballos que, tras una vida de servicio, deporte o compañía, se ven atrapados en circuitos de compraventa que terminan en mataderos fuera del país. Su intervención, recogida también en comunidades de seguidores de Bruce Springsteen, ha ampliado la difusión inicial del proyecto, reforzando su impacto mediático.
La campaña, cuya puesta en marcha ha empezado este otoño, se apoyará en una serie de vídeos narrados por diferentes personalidades vinculadas al mundo del caballo. El objetivo es que voces reconocibles contribuyan a exponer una problemática que, pese a su gravedad, ha permanecido oculta durante años. En ese esquema, la elección de Springsteen como una de las primeras participantes responde a su autoridad dentro del deporte y a su relación profesional y emocional con los caballos, elementos que fortalecen el mensaje de The Lost Horses.
El relato de la campaña se centra en destacar que el problema no afecta sólo a caballos abandonados o sin valor comercial, sino también a animales que han competido, trabajado o pertenecido a propietarios que desconocen su posible destino final. Ese contraste entre la utilidad del caballo durante su vida y el trato que recibe en su última etapa constituye uno de los ejes discursivos del proyecto. The Lost Horses sostiene que la protección de los equinos no puede depender exclusivamente de decisiones individuales, sino que requiere una base legal firme que ponga fin a estas prácticas.
La presencia de Springsteen refuerza esta idea. Más allá de su apellido, su trayectoria deportiva se ha construido sobre una relación técnica y de respeto hacia sus caballos. Su implicación en The Lost Horses envía un mensaje claro: los referentes del deporte ecuestre también tienen la responsabilidad de defender la dignidad de los animales que hacen posible la competición. En el vídeo inaugural, su narración adopta un tono sobrio y descriptivo, acorde con el rigor de la campaña, que prioriza los hechos y evita cualquier dramatización innecesaria.
Para Jessica Springsteen, esta participación supone un paso coherente en su carrera y en su relación con los caballos. Su implicación en The Lost Horses no se limita a prestar su voz en un vídeo: representa un posicionamiento público en defensa de los equinos y un llamamiento a revisar prácticas que, según la campaña, no tienen cabida en una sociedad moderna. En un país con una larga tradición ecuestre, la intervención de una amazona olímpica podría ser un punto de inflexión en la forma en que se perciben y regulan estas prácticas.