Jordi Xammar y Marta Cardona: una pareja de oro a primera vista en la vela española

Cuando Jordi Xammar y Marta Cardona navegaron en Hyères a finales del mes de abril, todavía se estaban conociendo, de forma literal. Era su segunda competición juntos, después de que él, referente de la vela española, medallista en todas competiciones, se quedara sin pareja para el ciclo olímpico de Los Ángeles 2028 y ella, 12 años más joven, fuera la elegida para emprender el apasionante viaje a los próximos Juegos (se puede leer aquí la gran historia de cómo se decidió que formaran dúo). «Medio en broma, medio en serio Marta decía que ella era “rosquera”, que quiere decir que es buena navegando con viento fuerte. Yo le decía: “Eso de que eres 'rosquera' está por ver”; pero sí, se adapta muy rápido», confiesa Xammar que hablaron antes de Hyères. En la ciudad francesa hubo mucho viento y quedaron segundos.

"Cosas raras" para mejorar

En ese proceso de conocimiento mutuo, quedaba por pulir la navegación en condiciones de viento más suave. «Con Juan [de la Fuente, el entrenador], navegamos sesiones de cinco horas antes del Europeo, lo que no es normal porque te desgastas. Juan subió al barco, primero de patrón, después de tripulante, luego Juan con Marta... Estuvimos haciendo cosas un poco raras, pero con el fin de transmitirle a Marta cómo navegar con poco viento, y lo pesca rápido», continúa Xammar. En el Europeo, en mayo, en Croacia, hubo poco viento y mucho viento, y esas «cosas raras» que habían hecho ayudaron a que se colgaran el oro y a que muchos de los barcos ya veteranos en el 470 mixto miraran a la desconocida Marta y pensaran: «¿De dónde habrá salido?».

Había una última parada importante en 2025: el Mundial de Gdynia, Polonia. Y allí hubo mucho viento, y Jordi y Marta llegaron a la Medal Race, la jornada decisiva, segundos. Pero el viento paró ese último día, incluso hubo dos amagos de comienzo cancelados porque era insuficiente. Cuando se pudo, empezó, y salieron mal, pero remontaron porque ya daba igual la intensidad, podían con todo, y así se proclamaron campeones del mundo el 14 de junio. Vaya tres meses, y todavía no se han acabado de conocer.

El camino a Los Ángeles es largo, pero este arranque es prometedor. Jordi llegó a la vela porque sus padres, que venían del mundo de las motos, querían algo más tranquilo para su hijo. No se imaginaban que iba a llegar a competir en SailGP, donde los barcos alcanzan los 100 km/h. En la vela olímpica, ha ganado medallas de todos los colores (dos oros mundiales, dos europeas, el bronce en Tokio 2020 son sólo algunas) y quiere más. Marta creció en el Náutico Arenal, en Palma, viendo a los equipos olímpicos, soñando con estar ahí. Desde niña destacó y ahora cumple el sueño.