Polémica
La exigencia del COI a la prensa con los atletas trans en los Juegos de París: Navratilova explota
La inclusión de atletas trans en las competiciones femeninos sigue generando un gran debate que el comité olímpico se ha encargado de calentar a las puertas de París
La “graves consecuencias” que la ley trans tiene sobre las mujeres y, en concreto, el mazazo que supone la participación de atletas trans para el deporte femenino se ha convertido en una de las grandes batallas del feminismo durante los últimos años. Un debate que se vio amplificado por el caso “Lia Thomas”, la nadadora transgénero que generó un gran escándalo tras batir todos los récords de mujeres en la Universidad de Pensilvania (Penn).
Tras este escándalo no hay semana en la que no nos encontremos con una nueva denuncia en cualquier disciplina sobre los logros de atletas trans en competiciones femeninas. Ahora, a las puertas de los Juegos Olímpicos de París, ha sido el COI el que se ha encargado de calentar el debate con sus pautas a los periodistas para un "correcto uso" del lenguaje.
Prohibido decir "varones biológicos"
Martina Navratilova ha acusado al Comité Olímpico Internacional de librar una “versión de 1984 de la guerra contra las mujeres” después de que el COI haya pedido a los periodistas que asistan a los Juegos Olímpicos de París que no utilicen términos como “nacido hombre” o “varones biológicos” para describir a los atletas transgénero. Sostuvo que tales etiquetas son “deshumanizantes” y constituyen un “lenguaje problemático”.
En un documento de 33 páginas titulado “Pautas de representación”, el COI traslada a 20.000 medios de comunicación que “la categoría de sexo de una persona no se asigna basándose únicamente en la genética” y “siempre es preferible enfatizar el género real de una persona en lugar del género potencial”. cuestionando su identidad al referirse a la categoría de sexo que constaba en su partida de nacimiento original”. Una recomendación que no ha sentado nada bien ni el deporte femenino ni en el feminismo que lleva años luchando contra lo que consideran un "robo de medallas".
Navratilova, nueve veces campeona de Wimbledon y una voz constante en la defensa de la integridad del deporte femenino, respondió fulminantemente a estas declaraciones, diciendo: “El COI ha sido cazado. Esta es la versión de 1984 de la guerra contra las mujeres. Borrado total”.
Su consejo va en contra de las acciones tomadas por los principales deportes olímpicos como el atletismo, la natación y el ciclismo, todos los cuales han revisado sus políticas transgénero para priorizar el sexo sobre el género y garantizar la equidad para las mujeres en su propia categoría. En 2022, World Swimming se vio obligada a actuar después de que Lia Thomas pasara de ser el hombre número 554 del ranking en los Estados Unidos en el estilo libre de 200 yardas a ganar un título colegial nacional en la carrera femenina equivalente.
"Pura propaganda"
La vacilación del COI respecto de los atletas trans está detrás de gran parte de la discordia y la confusión que ha envuelto al deporte sobre este tema. En 2004, aprobó una política para que los transexuales postoperados participaran en eventos femeninos, insistiendo en que la situación sería "extremadamente rara". En 2015, había comenzado a recomendar la supresión de testosterona por debajo de 10 nanomoles por litro como solución, a pesar de que el rango promedio para las mujeres estaba entre 0,5 y 2,4.
En los Juegos Olímpicos de Tokio de 2021, su director médico, el Dr. Richard Budgett, declaró: “Todo el mundo está de acuerdo en que las mujeres trans son mujeres”. Excepto que muchas mujeres no estuvieron de acuerdo en nada de eso, y la francesa Marion Clignet presentó una encuesta a la UCI el año pasado que mostraba que el 92 por ciento de las ciclistas estaban a favor de prohibir la participación de hombres biológicos en sus eventos.
La inclusión de “varón nacido” o “genéticamente masculino” entre los términos que se deben evitar en París –junto con una directriz general para reemplazar “se identifica como” por “es”– ha provocado indignación entre muchos ex deportistas olímpicos. Inga Thompson, una ciclista que representó a Estados Unidos en tres Juegos Olímpicos, dijo: “Los medios de comunicación del COI se han dejado comprar porque, en el fondo, nunca quisieron que las mujeres practicaran deportes. El último movimiento misógino”.
En Tokio, hace tres años, folletos de activistas de organizaciones como GLAAD fueron dejados en los escritorios de los periodistas que cubrían la historia de Laurel Hubbard, la levantadora de pesas de Nueva Zelanda que nació hombre y ganó un lugar en los Juegos Olímpicos después de identificarse como mujer. El documento buscaba instruir a los periodistas sobre qué terminología emplear, incluso en la sección “términos a evitar”: “Nacido hombre/nacida mujer. Nadie nace con una identidad de género”.
Entre las últimas alternativas al “hombre biológico” propuestas por el COI se encuentran “hombre transgénero” y “persona transgénero”.
Numerosas deportistas ya han alzado la voz para denunciar las presiones a la prensa y tachan el documento del COI de “sorprendentemente sexista y completa propaganda”.
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