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«Julen estará en el Camp Nou»

Butragueño confirmó la presencia en el clásico del técnico, que con un tono más bajo de lo habitual consideró la victoria de ayer «un punto de inflexión».

«Julen estará en el Camp Nou»
«Julen estará en el Camp Nou»larazon

Butragueño confirmó la presencia en el clásico del técnico, que con un tono más bajo de lo habitual consideró la victoria de ayer «un punto de inflexión».

La voz de Lopetegui sonaba más baja que otras veces, por mucho que asegurase sentirse fuerte y considerara la victoria ante el Viktoria Plzen «un punto de inflexión» para el equipo. Julen mantiene su discurso como si no pasara nada a su alrededor. Butragueño, director de relaciones institucionales, confirmó después del choque la presencia del entrenador en el Camp Nou, algo que tal y como estaban las cosas es bastante. «No sé de qué me hablas, todo eso me queda lejos, no le doy importancia. Lo importante era ganar, teníamos mucha necesidad de un triunfo que debería haber llegado antes. Queremos salir de la dinámica», decía Lopetegui respecto a todo el ruido que le rodea desde que su continuidad está en duda.

Intenta aislarse y centrarse solamente en el siguiente entrenamiento, que podría haber sido mucho más alegre si sus chicos le hubiesen regalado una goleada anoche. «Estoy bien, no os preocupéis, lo que pasa es que soy de sonreír poco. Contento por haber ganado, aunque debió ser por más diferencia, pero el fútbol nos está retrasando mucho los premios», confesaba el técnico, convencido de que su equipo mereció un mejor resultado en todos los partidos de la mala racha excepto el del Sánchez Pizjuán.

El público ayer no se decidió a expresar un veredicto claro directamente sobre el banquillo. Fue más indiferencia lo que mostró, incluso en el momento de anunciar su nombre por megafonía. Ni pitos ni aplausos, ni cariño ni rechazo. Al final, con un resultado tan apretado como inesperado, sí llegó una pitada, aunque sin una dirección realmente clara. Era un descontento general, quizá más fuerte que el del domingo, cuando los aficionados se fueron a su casa a comer más indiferentes que enfadados. El técnico sí estaba más contento ayer que el domingo por haber vuelto a ganar, aunque también confesaba que, claro que los suyos podría jugar mucho mejor. «Lo más importante es romper una dinámica compleja y difícil. Nos está costando ganar y hacerlo de forma más contundente. Vamos a ir poco a poco», repetía, entendiendo también que el público quisiera algo más. «No he sentido nada especial (al escuchar los pitos), el hincha es soberano y nos trata fantásticamente, como lo hicieron el otro día. Seguramente querrían un triunfo más holgado, como ha merecido el equipo, pero nos está costando».

Lo que viene ahora es el Camp Nou, en palabras de Lopetegui, un partido «precioso e ilusionante». Podría ser su último día, algo que a él prefiere no pensar. Como también ayer pudo ser su despedida del Bernabéu, una noche extraña para él y que vivió en soledad en la zona técnica, tratando de mantenerse firme. Sus futbolistas no le regalaron una grandísima actuación para darle aire y tampoco le dedicaron públicamente un gesto de apoyo en la celebración de los dos goles. Marcelo sí dedicó a alguien su tanto, pero el guiño fue para Pintus, el preparador físico. La piña que a veces se formó en torno a Zidane no apareció y Julen siguió, en esa zona técnica, absolutamente solo. Sorprendió haciendo debutar a Fede Valverde, un premio al buen trabajo del chico y probó con Lucas Vázquez en el lateral derecho. Vinicius no tuvo opción ni de calentar y Mariano apareció sólo al final.

Se rompió la racha de derrotas, sí, pero es una de esas victorias que no dejan un sabor demasiado bueno. Algo habitual en la última fase de la era Benítez, donde aquella nube negra no se apartaba del Bernabéu ni ganando 10-2 al Rayo.