Real Madrid

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La gran remontada

El Stade Reims de Kopa complicó mucho el partido al Madrid a los diez minutos (0-2), pero el conjunto blanco ya mostró su coraje un partido vulgar y pobre en el que Silva y Casillas fueron los que más destacaron.

Miguel Muñoz, que luego sería entrenador del club blanco, saluda al capitán del Partizán en un partido de la primera Copa de Europa
Miguel Muñoz, que luego sería entrenador del club blanco, saluda al capitán del Partizán en un partido de la primera Copa de Europalarazon

El Stade Reims de Kopa complicó mucho el partido al Madrid a los diez minutos (0-2), pero el conjunto blanco ya mostró su coraje un partido vulgar y pobre en el que Silva y Casillas fueron los que más destacaron.

La Copa de Europa se la inventó «L’Equipe» y estaba por ver qué resultado podía dar. En el primer año fueron los equipos invitados y se comprobó que iba a ser una competición llena de emociones. Lo vivió el Madrid, en los cuartos, tras haber eliminado con facilidad al Servette. Sí que sufrió frente al Partizán, cuando después de ganar 4-0, casi se le escapa el choque en la vuelta. Perdió 3-0, falló un penalti y el rival lanzó, al comienzo del choque, dos balones a los palos, que pudieron cambiar el resultado. «El Partizán no ha tenido suerte porque si aquellos dos disparos que rechazaron los postes hubiesen sido goles, hubiesen decidido la eliminatoria», decía Miloš Milutinovic, según reconoce la página web cihefe.es.

Después llegó el Milan, lo que con los años se convertiría en un clásico del fútbol europeo. El equipo italiano se presentó con un planteamiento defensivo en el Bernabéu, pero con la calidad suficiente como para ir devolviendo cada tanto del Real Madrid con otro tanto. Sólo al final el equipo que entrenaba Villalonga logró una renta que parecía suficiente para la vuelta. En Milán fue el Madrid el que jugó a mantener la renta conseguida. Lo hizo bien y en la segunda mitad, Joseíto adelantó al conjunto español. Los dos tantos de penalti de los italianos no sirvieron para nada.

La primera final se disputó en el Parque de los Príncipes, en París, ante 38.000 aficionados. La primera Copa de Europa no pudo tener mejor despedida, a la altura de la competición recién inventada. En el Stade Reims jugaba Kopa, un futbolista excepcional, que acabaría fichando por el Real Madrid, aunque no tuviera demasiado éxito.

El conjunto francés salió como un huracán, dispuesto a resolver el choque cuanto antes. Al cumplirse los primeros diez minutos de juego, el Real Madrid perdía por 0-2. Se le escapaba la primera final. Pero ya estaba construyendo su leyenda, la de un equipo que no se rinde pese a que pueda tener todo en contra. A la media hora del choque, ya había empatado. El choque se calmó y en la segunda parte, otra vez se adelantaron los franceses. Parecía que iba a ser definitivo. «El mejor mérito del Real Madrid es haber remontado ese 2-0; pero con 3-2 pensé que se nos escapaba la Copa: el gol de Marquitos llegó en un momento crucial», decía Villalonga, según cihefe.es. Cinco minutos después del tanto del rival, empató Marquitos. Y ya, a once minutos de que acabase el choque, Rial dio la victoria.