Real Madrid

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La Operación Triunfo de Raúl

No ha perdido en sus 12 partidos con el Cadete B. Usa un 4-3-3, quiere la pelota y juego por las bandas. Si sus chicos se relajan, les grita: «¿Estamos de vacaciones?»

Raúl, en su primer día como entrenador del Cadete B del Real Madrid / Efe
Raúl, en su primer día como entrenador del Cadete B del Real Madrid / Efelarazon

No ha perdido en sus 12 partidos con el Cadete B. Usa un 4-3-3, quiere la pelota y juego por las bandas. Si sus chicos se relajan, les grita: «¿Estamos de vacaciones?».

Cuando acabó el partido, a Ángel Propin, el entrenador del cadete de la Escuela Municipal de Aluche, un barrio de Madrid, se le acercó el entrenador rival y le dio la enhorabuena, pese a que había perdido: «Oye, para estar ahí abajo, habéis hecho un gran partido, compiten muy bien tus chicos», le dijo. Fue un gesto de ánimo y de deportividad. Pero fue algo más, fue un motivo de orgullo para Ángel y para los jugadores del Aluche. No todos los días te felicita Raúl González.

Porque la leyenda blanca es la estrella del Grupo II de la Primera Autonómica de Madrid, donde juega el Cadete B del Madrid. En sus primeros meses como entrenador su equipo ha ganado 11 partidos, ha empatado uno y no ha perdido. Ha metido 38 goles y ha recibido 7. Arrolla en su división, algo que sucede con muchos equipos filiales del club. El Cadete A, por ejemplo, entrenado por Tristán Celador, suma todos sus encuentros por victorias. Pero no despierta la expectación que levanta Raúl allí por donde pasa. «Es un partido especial, más emotivo, por lo que Raúl representa», continúa Ángel, ex futbolista del Trival Valderas y del Atlético de Madrid C, que se retiró por una lesión de rodilla. Su equipo se adelantó y llegó al descanso empatando.

Después perdieron 1-3, pero la grada llena de gente, como casi nunca ocurre, pudo estar orgullosa de los suyos. Tras acabar el choque, la gente saltó para hacerse selfies con Raúl. Él atendió a todos. «Fue sencillo, muy cercano, de un trato muy bueno».

Raúl está empezando, pero nadie esconde que lo suyo es un proyecto de futuro, un nombre que debe tener mucho recorrido en el club. Ahora mismo, la tendencia en el fútbol profesional es que antiguos futbolistas cojan los equipos en los que han dejado huella. Solskjaer, por ejemplo, el héroe de la Champions que el Manchester United ganó en el Camp Nou al Bayern en los tres minutos finales y que ha sido el elegido por el club inglés para poner orden en el equipo tras la destitución de Mourinho. Su experiencia en la élite es nula y aunque sólo ha entrenado al Cardiff y en equipos de Noruega, en febrero tendrá que enfrentarse al PSG en Champions.

El ejemplo de Zidane con el Real Madrid o lo que sucedió con Guardiola en el Barcelona han abierto los ojos a los dueños de los clubes. La mentalidad de líder, el conocimiento de los entresijos de la entidad, la capacidad de soportar la presión o el carisma dan, al menos en los grandes clubes, mejores resultados que la experiencia o una largo estudio de las cuestiones tácticas. Raúl, que ya era un jugador inteligente, que pensaba en global, va sobrado de lo primero; de lo segundo ahora está aprendiendo. «Aquí sí se adquieren conceptos, sobre todo en el Madrid», continúa Ángel. «Equipos como nosotros nos defendemos y el rival tiene que aprender a buscar soluciones».

Raúl está en ello. Suele jugar con un 4-3-3 y quiere que los futbolistas presionen arriba al rival, como hacía él cuando estaba en el campo. «Tienen el dominio de balón, muchas posesión trabajan por fuera», continúa el entrenador de la Escuela Municipal de Aluche.

Raúl aprende, pero también enseña. La leyenda blanca estaba ayer presenciando la Liga Promises en Arona, donde no juega su cadete, pero sí un infantil del club. «Lo importante es que vayan aprendiendo y, aunque esto es un aprendizaje, te sorprende el nivel de algunos niños, hay jugadores extraordinarios», dijo en Onda Cero. «Estos niños ya saben lo que es representar al Real Madrid, pero lo importante es que disfruten, den lo máximo e intenten jugar en equipo», continuaba diciendo como espectador, aunque es probable que su discurso como entrenador del cadete, mayores que infantil, no sea muy distinto. «Intento ver cómo ayudar a los chicos y organizarles, pero que ellos tomen las decisiones, lo intenten y se equivoquen», aseguraba en Real Madrid Televisión su primer día en el banquillo del cadete.

La edad no es sencilla: son adolescentes de 14 y 15 años que tienen que decidir si apuestan por el fútbol o prefieren seguir la vida de sus compañeros de colegio, si se sacrifican o se dejan llevar. La labor del entrenador, es pulirlos, pero también centrales, convencerles de que hay oportunidades que nunca vuelven. Por eso Raúl mira los partidos de pie, tranquilo, sosegado, pero cuando ve que algo se tuerce o se relajan, el gran capitán, el ahora entrenador les grita: «¿Estamos de vacaciones?»