La tranquilidad...

Le preguntaron a Ancelotti si estaba tenso. «No, estoy concentrado, yo soy un hombre tranquilo», aseguró antes de sonreír ante otra pregunta que tenía curiosidad sobre su futuro. Él volvió a aclarar que está más que claro y que se ve en Madrid, aunque será a final de temporada, es decir, hoy, tras el partido, cuando se ponga nota a su trabajo. Desde que el equipo se despidió de la Liga, se ha hablado tanto de la final como de lo que se juega el entrenador italiano en este partido. Toda la temporada, en los minutos que dure el choque contra el Atlético. Ancelotti quiere que sólo se hable del partido, no despistar, que ya bastante tiene con preparar a los suyos: «Mi trabajo está focalizado en la táctica, quiero dar instrucciones muy claras porque creo que es la mejor solución para evitar la presión a los futbolistas».

El Madrid y el Atlético se han medido cuatro veces esta temporada. Poco más tienen que esconderse, aunque ambos jueguen al despiste con las bajas. Ayer, tras la conferencia de prensa, en el entrenamiento estuvieron Pepe y Benzema. El primero, con un vendaje, no estuvo en todos los ejercicios. «Tenemos que evaluarlos y después tomaremos una decisión para el encuentro». Ancelotti quiso resaltar que más que la preocupación por el partido había que valorar la felicidad de poder disputar un encuentro de este nivel: «Queremos jugar con nuestro estilo característico y con nuestra actitud. Será un partido muy igualado de un perfil muy táctico», insistió.

Ancelotti ha estado en siete finales, tres como jugador y ésta es su cuarta como entrenador. Si algo le sobra es experiencia para enfrentarse a encuentros tan tensos como el de hoy. Ha pasado por todo: desde victorias sencillas, derrotas inapelables o situaciones como el encuentro que le ganó el Liverpool cuando iba ganando por 3-0 y los futbolistas del Milan ya pensaban en cómo iban a celebrarlo. Por eso, nada le sorprende, y ayer aseguró que lo que más teme, que lo «único» que teme, es «lo imprevisible». El fútbol es azar y eso lo saben los entrenadores mejor que nadie. Ancelotti ha preparado a sus futbolistas, les ha convencido de que se ha logrado el objetivo fundamental de la temporada, que era llegar a la final. Ahora «sueña» con hacer un partido como el que disputó en la vuelta de semifinales en Múnich.