Purito y cuatro etapas, agridulce balance español

La actuación de Joaquim Rodríguez, en el segundo escalón del podio de hoy de Madrid, y los cuatro triunfos de etapa, del propio Purito, Alejandro Valverde, Mikel Landa y Rubén Plaza, han sido lo más positivo del agridulce balance del ciclismo español en la Vuelta a España 2015.

Aunque llegó a ilusionarse con que está vez sí le llegaba la hora de añadir una grande por etapas a su ya más que estimable palmarés, Burgos se le unió al catalán a una lista de negra de nombres que han marcado negativamente su carrera (Peñafiel, Milán) y tuvo que conformarse de nuevo con una posición secundaria.

Al final acabó siendo la segunda plaza la que enganchó Purito, que temió hasta por el podio en la histórica etapa del sábado por la sierra madrileña, donde Tom Dumoulin perdió la carrera, el pelotón llegó hecho jirones a la línea de meta y él aguantó por segundos el envite de Rafal Majka y Nairo Quintana.

No hubiese sido justo para el catalán, protagonista indudable de una edición en la diseñó una etapa para el recuerdo en Andorra, ganó en Sotres en la jornada más relevante del tríptico de montaña cántabro-asturiano y se vistió 'la roja' en la Ermita de Alba, justo antes de la crono de Burgos, donde la perdió.

Se le fue la posibilidad de subirse a lo alto del cajón de nuevo en una contrarreloj de mal recuerdo, pero quedan sus ataques en las paredes de grandes porcentajes y su victoria en Sotres peleando con los mejores.

Un triunfo de mucha calidad el de Purito, como también lo fueron las de Valverde en Vejer de la Frontera, donde exhibió el latigazo que le caracteriza y cada vez muestra menos, la de Landa en la durísima etapa de Andorra y la de Plaza en Cercedilla por delante de todo el zafarrancho montado entre los mejores.

Landa, sin hacer una gran clasificación general, ha sido otro de los nombres de la Vuelta. Ha sido el gran apoyo en las grandes etapas del ganador Fabio Aru. Sin el vasco, el italiano quizás no podría haber desbancado a Dumoulin.

Aunque, en realidad, el holandés cedió ante el Astana y el cambio de estrategia del equipo kazajo en la sierra madrileña.

Menos focos se han detenido en otro Mikel, Nieve, quien se vio obligado a coger el relevo de Chris Froome en el Sky y, sufriendo lo indecible, fue capaz de aguantar en el Top-10 de la carrera y acabar octavo, justo detrás de Valverde. Un puesto más atrás, noveno, terminó Dani Moreno, aún a la espera de encontrar equipo.

No ha sido la carrera del murciano ni la de su equipo, un Movistar muy desgastado en el pasado Tour de Francia. Pero Valverde es Valverde y su clase parece imperecedera. Su forma de ganar en Vejer, a su estilo, lo atestigua.

Y que hasta el último día haya luchado para arrebatarle el maillot verde de la Regularidad habla su ambición y profesionalidad. Aunque no le haya gustado a Purito, que ha quedado sin él.

También parece eterno Rubén Plaza, que a sus 35 años y aún sin equipo para la próxima temporada, ha logrado un doblete Tour-Vuelta que todos los corredores firmarían. Triunfos como el suyo en Cercedilla, aún producto de una escapada, pero con el grupo de los mejores incendiado por detrás, hablan de una heroicidad que agrandan los 110 kms. que se mantuvo fugado hasta levantar los brazos en la línea de meta.

Mucho esfuerzo por delante del pelotón ha hecho también Omar Fraile. En su caso para quedarse con un maillot de la Montaña que le ha costado sangre, sudor y lágrimas. Un buen aval del santzurtziarra para aterrizar, si finalmente lo hace, en el MTN-Qhubeka.

Fraile ha sido la nota positiva del Caja Rural, que ha tenido en el portugués José Gonçalves otra pieza a destacar y en una segunda posición de Peio Bilbao en un sprint y la duodécima de David Arroyo en la general otros detalles estimables.

En general, ha sido una Vuelta de los españoles a la altura de las expectativas, con Purito por encima de lo esperado, Valverde por debajo y escasos apuntes nuevos de cara un futuro a medio plazo en el que por el momento solo se espera a Landa, ya con el Sky.

Efe