Vuelta a España

Ciclismo

La pequeña crisis de Froome

Chris Froome
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«Perder veinte segundos en un mal día no está mal», afirmaba Mikel Nieve, mientras comentaba la etapa con Stephen Roche al lado de un coche del equipo Sky. Froome tuvo su primera crisis el primer día de montaña de verdad. Es sólo un síntoma, pero todavía no se sabe si es una pista sobre las posibilidades del británico en esta Vuelta.

También empezó mal el año pasado, pero con el paso de los días se fue convirtiendo en el único rival serio de Contador. La diferencia es que el año pasado el Tour apenas lo pisó. Se cayó en las primeras etapas y en lugar de agotar sus fuerzas para ganarlo, como este año, se pasó el resto de la carrera en reposo. Necesitaba los primeros días de la Vuelta para coger la forma. Ayer Froome no respondió en el primer puerto serio de la carrera. Atacó Aru y él se quedó. 34 segundos perdió con el italiano, 27 con el resto de los jefes. «A Froome no le he visto, siempre iba detrás de mí», afirmaba Alejandro Valverde. Nairo Quintana no daba importancia a este pequeño paso atrás de Froome. «Le podía haber pasado a cualquiera. Incluso a mí», decía el colombiano. Y explicaba su reflexión: «Era muy difícil con unas temperaturas tan altas.

Algo ha cambiado. En el Tour aprovechó la primera etapa de montaña para dar un golpe de autoridad y sepultar a sus rivales en la Pierre de Saint Martin. Pero el británico de Kenia, de momento, se conforma con no perder la Vuelta antes de Andorra. Después, llega la montaña y la contrarreloj de Burgos. Su mejor arma contra los escaladores que le rodean. Pero antes, tiene que aguantar. Como hizo ayer el líder, Esteban Chaves. Escondido, igual que su equipo, el Orica, dejó que el trabajo lo hicieran otros. «Siempre estaba detrás de mí», se quejaba Nieve a Roche. Pero reaccionó a tiempo para no quedarse descolgado como Froome.