Nibali, expulsado de carrera

La Vuelta se ha acabado para Vincenzo Nibali. El ganador del Tour de 2014 fue uno de los implicados en la multitudinaria caída que afectó a medio pelotón. El único de los favoritos. La carrera se le escapaba en la primera etapa de verdad y se agarró al coche del equipo, que lo remolcó durante varios metros. “Unos centenares”, explicó Bruno Valcic, el presidente del Jurado Técnico.

Las imágenes se vieron en televisión, pero pasaron inadvertidas para todo el mundo hasta que un vídeo empezó a circular por las redes sociales. Nibali llevaba perdido minuto y medio y no encontró mejor manera de reducir la distancia que agarrarse al coche que conducía uno de los directores del equipo, Alexander Shefer. Ahora los dos están expulsados de la carrera. Astana, además, perderá a uno de sus coches en carrera para las etapas de mañana y pasado. Los dos, ciclista y director, han sido sancionados con 200 francos suizos cada uno, unos 185 euros.

“El vídeo es claro. La decisión ha tardado en llegar porque no habíamos visto todas las imágenes. Ahora las hemos visto y la decisión es que está descalificado”, aclaraba Valcic. Antes de tomar la decisión, escucharon a Stefano Zanini, el otro de los directores del Astana. “Le hemos enseñado el vídeo y lo hemos visto juntos”, decía el presidente del Jurado.

Zanini salió cabizbajo de la reunión. Era consciente de que los comisarios estaban dispuestos a expulsar a su estrella y les pidió “clemencia”. Se conformaba con que le pusieran la sanción más dura, un castigo de diez minutos, pero no con la expulsión. La petición no funcionó.

Aunque en realidad, si se demoró la decisión fue por el nombre del infractor. Sin Nibali, la Vuelta se queda sin uno de sus favoritos. “A nosotros nos ha informado la UCI y acatamos la decisión”, afirma Javier Guillén, el director de la carrera. Es consciente de que el reglamento no ofrecía otra salida y también de que la Vuelta pierde a uno de los mejores. “El foco hay que ponerlo en la acción, que es lamentable y negativa para el ciclismo”, explica Guillén, consciente de que cualquier decisión que se tomara sería complicada. Si lo echaban, porque la carrera perdía a uno de sus alicientes. Si se quedaba, por la dudosa legalidad de la decisión y de lo que sucediera después.