Escándalo

El médico del 061 acusa al héroe de Cádiz de sustraer material sanitario

El enfermero que se convirtió en héroe en Cádiz sustrajo material sanitario según ha denunciado el médico del 061.

El desfibrilador que no llegó al médico. AFP7
El desfibrilador que no llegó al médico. AFP7AFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Durante el partido entre el Cádiz y el Barcelona, un aficionado del equipo andaluz sufrió un ataque cardiaco que convirtió en héroe a un enfermero que estaba en la grada. Dicho enfermero robó material sanitario según ha denunciado Sergio Salgado, médico del 061 en Twitter.

El hilo del médico del 061 en Twitter

Soy el médico del 061 que atendió al paciente en parada cardiorrespiratoria durante el partido Cádiz - Barcelona y tras 48 horas de reflexión y de ver y leer infinidad de barbaridades en redes sociales y en prensa, voy a intentar hacer un análisis de lo ocurrido.

Lo primero que quiero decir es lo que aquí escriba lo hago como individuo y no hablo en nombre del servicio donde trabajo ni tampoco es mi intención señalar ni perjudicar a nadie. No busco protagonismo o notoriedad. No necesito ninguna de estas cosas.

Sólo hago esto por mi integridad moral y porque mi responsabilidad civil como ciudadano y profesional como médico de emergencias me obliga a que se conozca la verdad, sobre todo después de leer el comunicado del Cádiz y que no voy a calificar para no herir sensibilidades.

Quienes trabajamos en emergencia extrahospitalaria somos gente dura por las situaciones que vemos y vivimos y que difícilmente nos afectan, pero en esta ocasión, mi cabeza no para de pensar no en lo que pasó, sino en lo que pudo haber pasado y en lo que puede pasar en un futuro.

En Cadiz hay un equipo de emergencias del 061 EPES y dos equipos SUAP. Ninguno de ellos estamos en el estadio, sino que somos recursos públicos para atender a toda la población general. Repito NO estamos en el estadio y NO formamos parte del dispositivo sanitario del Cadiz.

Nuestro equipo está formado por un médico, un enfermero y un TES con base en el Hospital Puerta Del Mar, a 1km aproximadamente del Nuevo Mirandilla. 20:10h recibimos un aviso de CCU requiriéndonos en el estadio por un varón con “un infarto”. De camino nos confirman una situación de PCR.

Al llegar a donde está el paciente, encontramos a varios aficionados realizando compresiones torácicas y una cara conocida: un compañero médico del 061 EPES que estaba como espectador y que lleno de amargura me dice: menos mal que habéis llegado, aquí no hay material para nada.

No había material para acceso venoso periférico, si lo había, no se había usado. ¿Había un desfibrilador? Sí, había un monitor desfibrilador, pero no se estaba usando correctamente. El DESA que lanzó Ledesma a la grada yo no llegué a verlo. Ignoro si se rechazó al haber ya uno.

De hecho, el primer trazado de ritmo cardiaco que se obtiene es con nuestro monitor cuando mi TES coloca los parches mientras mi enfermero consigue el acceso venoso y yo intubo al paciente. Al ser un ritmo desfibrilable, se procede en ese momento al primer choque eléctrico.

Tras varios minutos de trabajo con la inestimable colaboración de quienes entraron en la rueda de compresiones torácicas, el paciente recupera ritmo cardiaco propio y pulso, estando sedo-relajado farmacológicamente por motivos técnicos y clínicos que no vienen al caso.

Es en ese momento cuando nos planteamos iniciar el traslado y pedimos la camilla que nos suben desde el terreno de juego. La famosa imagen de Jose Mari y el vigilante de seguridad por la grada.

Una vez el paciente en la camilla, nos disponemos a recoger nuestro material y… ¡sorpresa! Nuestro material INDISPENSABLE para la continuidad asistencial de un paciente recién resucitado en situación muy crítica… ¡ha desaparecido!

Mochila de vía aérea, mochila de acceso circulatorio y medicación, mochila de ataque para pacientes COVID y tablet PC (que solo sirve para registrar la asistencia en la historia clínica del paciente) habían desaparecido, dejándonos inermes en tan complicada situación.

Decidimos bajar con la mayor celeridad posible hasta nuestra ambulancia, donde tenemos más material y rezando para que el paciente no pierda la escasa estabilidad conseguida, puesto que tendríamos pocas posibilidades de iniciar de nuevo la lucha.

Trasladamos al paciente al hospital y nuestro centro coordinador nos informa que han localizado nuestro material en el estadio, así que volvemos a recuperarlo y sin llegar a saber qué había pasado con él.

Horas después tras haber limpiado y repuesto material, comienzo a recibir mensajes sobre el suceso y entiendo con gran sorpresa qué había pasado con nuestro material.

El ‘héroe’ de la tarde decidió llevarse nuestro material SIN permiso para atender al cámara de la grada de tribuna, como si no hubiera nadie más en el estadio capaz de hacer esa función, implicando a jugadores y poniendo en grave riesgo la vida del paciente reanimado.

Es como si en medio de un atraco alguien le quita la pistola a un policía porque ha decidido que es el único que puede solucionar aquello. Además, incluye material peligroso y biocontaminante que se vapuleó. Resultado: más de 20 ampollas que iban dentro, rotas.

Las situaciones críticas en emergencias requieren orden y liderazgo. Esto requiere entrenamiento y profesionalidad. Muchos médicos y enfermeros actuando cada uno a su aire nunca sacarán una situación así adelante, por muy cardiólogos que sean o medallas se quieran colgar.

Al ‘héroe’, enhorabuena por saber identificar una PCR e iniciar el SVB. Probablemente su conducta y la de los demás espectadores que iniciaron la RCP fue efectivamente lo que salvó la vida al paciente. Es fundamental iniciarlas cuanto antes, pero… lo ensució todo queriendo erigirse en el salvador de todo el estadio, apropiándose de material que no era suyo y que ni siquiera sabía qué contenía ni para que servía (como la tablet PC) y poniendo en grave riesgo la continuidad asistencial del paciente reanimado.

Y lo que me parece más grave: el Cádiz debe tener un dispositivo sanitario autosuficiente y que no dependa de que recursos externos vengan a sacarle las castañas del fuego. Solo con los recursos presentes en el estadio, ese paciente nunca hubiera salido adelante.

Si hubiéramos estado ocupados atendiendo otro servicio, esa persona no hubiera estado hoy con su familia y estaríamos hablando de un drama. No es cuestión de darse golpes de pecho, es necesidad de poner los puntos sobre las íes y que salga a la luz la realidad de lo ocurrido.

Evidentemente hay mucho que agradecer a todo aquel que colaboró y que inició una atención precoz, pero por favor, una vez que un equipo profesional se hace cargo de la situación, hay que ponerse a su disposición y no actuar por libre ni entrar en pánico. Calma y orden son básicos.

Al paciente, desearle una pronta recuperación y mucho ánimo para la familia, con la que tuvimos oportunidad de conversar en el hospital una vez pasado todo, y que nos transmitieron su agradecimiento a todos los intervinientes.