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Las causas del desplome del Real Madrid. Con el Girona empezó todo

El tropiezo inesperado justo antes de los clásicos desafinó a los blancos, que estaban llenos de moral y optimismo tras ganar en el Wanda Metropolitano

Solari da instrucciones en uno de los partidos ante el Barcelona
Solari da instrucciones en uno de los partidos ante el Barcelonalarazon

Era una mañana soleada y de temperatura agradable. El Real Madrid le ganaba 1-0 al Girona en el Bernabéu sin muchos agobios y todo estaba bien. Solari le había cogido el pulso al equipo, que venía de ganar en el Wanda, recuperar el segundo puesto de la Liga después de mucho tiempo y tenía un resultado favorable para encarar el partido de vuelta de la Copa del Rey.

El equipo había recuperado el nivel físico con el método Pintus y la confianza y el optimismo estaban por las nubes. Incluso antes que otras temporadas, el Real Madrid había empezado a florecer, lo que últimamente significa ganar la Liga de Campeones en plena primavera.

El Madrid estaba listo para afrontar lo más importante del curso, pero de repente, en esa mañana soleada algo se rompió. Tiró al palo el Girona, hizo el empate, volvió a meter miedo y acabó ganando en el Bernabéu con un gol de Portu. Un bajón monumental. Después de haber ganado en el Wanda no tenía sentido caer en casa frente a un equipo inferior y que había llegado a Chamartín casi convencido de que le tocaba perder.

Ganaron los de Eusebio y el Real Madrid y Solari perdieron algo más que tres puntos. Se le salió la cadena a los blancos, justo antes de jugarse dos competiciones en una misma semana ante el Barcelona. Ese titubeo ante el Girona significó mucho y se ha confirmado en el doble clásico entre miércoles y sábado.

180 minutos en los que los azulgrana han marcado cuatro goles y los blancos, ninguno, secos ante la portería rival como en los peores tiempos de Solari, y otra vez con las piernas pesadas, como reconocía Carvajal después del partido de Liga.

Lo que funcionaba dejó de funcionar y se escapó la final de la Copa del Rey y después la Liga, que se ve a lo lejos aunque haya que seguir peleando por los puestos Champions. Nadie sabe lo que hubiera pasado si el Madrid gana fácil al Girona y mantiene el estado de optimismo justo antes de los dos clásicos, pero está claro que el desplome de esta semana empezó esa mañana soleada y de buena temperatura en la que no tenía que pasar nada malo para llegar fuertes a los clásicos.

Lo malo pasó y los blancos se desafinaron física y mentalmente. Ahora llega la Champions, esa competición en la que el Madrid vuelve a ser el de siempre.