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Hípica
La leyenda de los "susurradores"
La manera de relacionarse con los équidos que refleja la novela "El hombre que susurraba a los caballos" es profundamente contemporánea

"El hombre que susurraba a los caballos" es una novela de Nicholas Evans, publicada en 1995, que cautivó a millones de lectores y reavivó una sensibilidad perdida: la de escuchar al caballo antes que dominarlo.
La trama conserva intacta su fuerza. Grace MacLean, una joven marcada por un grave accidente, y su caballo "Pilgrim", herido en cuerpo y espíritu, emprenden junto a su madre un viaje desde Nueva York hasta los espacios abiertos de Montana. Allí les espera Tom Booker, un hombre con un entendimiento casi instintivo del caballo traumatizado. Lo que empieza como una búsqueda desesperada de curación para "Pilgrim" se convierte en un viaje emocional para todos: el caballo como espejo, la naturaleza como refugio y el silencio como vía de verdad.
Evans no procedía del mundo ecuestre. Era periodista y guionista. La idea surgió en 1993, durante una conversación con un herrador inglés que le habló de los "susurradores", hombres capaces de calmar caballos que nadie más podía manejar. Fascinado por el concepto, investigó, viajó y observó hasta dar forma a una novela que se convirtió en fenómeno internacional, con millones de ejemplares vendidos y decenas de traducciones.
El caballo no es un simple recurso narrativo. "Pilgrim" encarna la herida visible y la invisible; su miedo y su violencia reflejan el trauma que Grace calla y la desconexión emocional de Annie. Tom Booker, con su forma de trabajar basada en la calma, la paciencia y el respeto, simboliza una manera de relacionarse con el caballo que hoy sigue siendo profundamente contemporánea.
La figura del susurrador tiene raíces antiguas. En las zonas rurales de Gran Bretaña se creía desde hace siglos en hombres capaces de dominar, sin violencia, a los caballos más difíciles. Algunos fueron perseguidos bajo acusaciones de brujería; otros, para protegerse, transmitieron su conocimiento en sociedades discretas. En Escocia llegó a existir la llamada "Palabra del Jinete", una hermandad cuyos métodos y secretos aún alimentan la leyenda.
Evans también se inspiró en susurradores reales del Oeste estadounidense. Entre ellos, Tom Dorrance, un hombre que entendía al caballo desde la observación y la serenidad. Sus enseñanzas influyeron en generaciones posteriores, incluido Buck Brannaman, que colaboró en la adaptación cinematográfica.
La película, estrenada en 1998, amplificó el impacto de la novela. Robert Redford, que la dirigió y encarnó a Tom Booker, aportó una sensibilidad única para mostrar la relación entre caballo y ser humano. Su interpretación conectó con el público que vive cerca del caballo y también con quienes conocieron la historia por primera vez en la gran pantalla. El final de la película difiere del de la novela. Dos caminos distintos para un mismo mensaje: detrás de cada caballo difícil suele haber un sufrimiento silencioso y la violencia jamás ha sido la respuesta. Así lo entendían los antiguos "susurradores" y así lo entienden quienes hoy trabajan con caballos que requieren tiempo, escucha y comprensión.
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