Se presenta el miércoles a las 13 horas en el palco del Santiago Bernabéu, tal y como avanzó Josep Pedrerol, y explicará las claves de su proyecto.

Pongamos que hablo de Rafa Benítez. El ya ex entrenador del Nápoles se convertirá el miércoles en el cuarto entrenador madrileño que se sienta en el banquillo del Santiago Bernabéu tras Paco Brú, Miguel Muñoz y García Remón. Pongamos que hablo del Madrid...

Pero el mejor aval de Benítez no es su lugar de nacimiento, por supuesto, sino su acreditada capacidad para sacar táctica y físicamente lo mejor de sus jugadores. Un perfil que siempre ha gustado en el club blanco, al que Rafa, que ya dirigió a la cantera, estaba destinado a entrenar tarde o temprano. A pesar de que los rumores, primero, y la confirmación de que es el elegido para el nuevo proyecto merengue no han entusiasmado a toda la afición por igual, Benítez tiene un currículum impresionante en su haber, una capacidad de sacar rendimiento a sus equipos que le ha hecho ser una leyenda en Liverpool, tanto en lo deportivo (ganó la quinta Champions del equipo red) como en lo humano (emocionantes fueron las imágenes, recogidas en Jugones de La Sexta, de su participación en el homenaje a las víctimas de la tragedia de Heysel). También en Nápoles, donde tiene vitola de entrenador ofensivo y es un personaje querido, valorado y respetado.

Un palmarés asombroso

Benítez recupera, tras el papel conciliador (con cuatro títulos, entre ellos la Décima), tan bien ejercido por Ancelotti, el rol de entrenador estudioso, sistemático y concienzudo, ese que siempre ha encandilado a la planta noble del Bernabéu. Una forma de trabajar que le ha reportado, tanto a él como a su inseparable equipo técnico (con Xavi Valero, Antonio Gómez y un preparador físico de lujo, avanzado a su tiempo, como Paco de Miguel), 2 Ligas con el Valencia, una Champions con el Liverpool, una Supercopa de Europa con el equipo «red», un Mundial de Clubes con el Inter, y dos Europa League (una con el Valencia y otra con el Chelsea), más otros cinco títulos, dos de ellos (Copa y Supercopa italiana) con el Nápoles. Un palmarés envidiable, dos veces entrenador del año para la UEFA (2004 y 2005) y un dato que arroja mucha luz sobre la competitividad del preparador madrileño: ha ganado títulos en todos los equipos a los que ha dirigido desde su etapa en Valencia. Su hoja de servicios habla por sí misma y es capaz de convencer al más descreído de los aficionados.

Su receta para el Madrid: orden, equilibrio, rigor en el trabajo, rotaciones (le gusta utilizar a todos los jugadores que tiene en plantilla) y, sobre todo, contra el sambenito defensivo que se le ha colocado, la adaptación a los recursos de los que dispone: «Si tengo jugadores de calidad, yo ataco». Toda una declaración de intenciones. Y en el Madrid, los tendrá.