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Los viejos planes funcionan

Silva y Cesc, durante un entrenamiento de La Roja
Silva y Cesc, durante un entrenamiento de La Rojalarazon

España mantiene el estilo y se apoya en el paso adelante que han dado algunos secundarios, como Silva y Cesc, para volver a ganar.

Sergio Ramos ya ha superado los 126 partidos internacionales de Zubizarreta, Casillas está a punto de superar el récord europeo y Vicente del Bosque acaba de cumplir 100 partidos en el banquillo de La Roja. El futuro de la Selección se asienta sobre las sólidas bases que sirvieron para lograr los éxitos del pasado. Por el camino ha perdido a futbolistas importantes, como Puyol, Xavi y Xabi Alonso, que apartaron por decisión propia su camino de La Roja. Otros, como Villa y Fernando Torres, dejaron de contar. Y Del Bosque ha buscado el crecimiento en los nuevos y en los secundarios que han dado un paso adelante.

El ejemplo es Silva. El gol de la victoria ante Bielorrusia era el número 23 para él, lo que le pone a la altura de Di Stefano, aunque él haya necesitado 91 partidos para conseguirlo y a Don Alfredo le bastaran 31 para lograrlo. Silva ha vivido oscurecido por las estrellas que le rodeaban en La Roja. En el Mundial de Suráfrica desapareció después del primer partido y no se le volvió a ver. En estos años ha reclamado más protagonismo de las maneras menos indicadas, con declaraciones suyas o de su padre, pero la mejor manera es hacerlo como en Borisov, pidiendo la pelota y haciendo que España dejara de volcar su juego de ataque por la izquierda, por donde entraban Pedro y Jordi Alba, para acabar decidiendo por la derecha.

Un caso parecido es el de Cesc. Llegó como suplente a la concentración, como el líder de los secundarios que se enfrentaron el jueves pasado a Costa Rica. Pero su rendimiento y sus entrenamientos han convencido al seleccionador, que acabó desplazando a Isco al banquillo, aunque su titularidad estaba programada. Sólo él y Vitolo no disputaron ninguno de los dos encuentros desde el comienzo. Lo del sevillista estaba previsto. Sergio Ramos necesitaba minutos después de haberse perdido por lesión las últimas jornadas de Liga, debía ser titular en los dos encuentros y alguno «sobraba». Isco, sin embargo, llegaba para ser titular.

Cazorla también ha devorado al futuro. Koke no ha conseguido ser el mismo en La Roja que en el Atlético, su importancia se diluye, y Del Bosque decidió darle una oportunidad como medio centro. Cazorla ya era el jugador número 12 en la Eurocopa de 2008, el primer jugador al que Luis Aragonés sacaba del banquillo y Del Bosque lo sigue considerando útil. Aunque, seguramente, no hubiera sido titular si el seleccionador hubiera podido contar con Thiago e Iniesta. «Es una posición en la que estoy jugando en el Arsenal. Me ha pedido el míster que ayudase a Busquets y he dado todo lo que tenía», explicaba Cazorla después del partido.

Con esos futbolistas, que conectan a la Selección con lo mejor de su pasado, España sigue jugando a lo mismo. La primera parte ante Bielorrusia fue digna del equipo que lo ganó todo entre 2008 y 2012. Es un partido que se repite. El rival se encierra, y España se obliga a combinar la paciencia y la precisión para encontrar su oportunidad. Hasta que llega el gol de Silva, como llegaban los goles de Villa en el Mundial 2010.

«Ha sido un partido duro, hemos sido superiores la mayor parte del encuentro, se han metido bien atrás y hemos llegado bien por las dos bandas y el centro, pero se defienden bien. Es una victoria merecida», analizaba Juanfran tras el triunfo. Un análisis que hubiera valido para la mayoría de partidos que ha disputado La Roja desde la Eurocopa de 2008.

Es la primera vez desde el Mundial que España consigue las dos victorias en la misma convocatoria. Con los viejos planes se recuperan las mejores costumbres. Y los jugadores siguen confiando en Del Bosque. «Nos ha ayudado a priorizar siempre el bien de la Selección», afirma Iniesta.