F.C. Barcelona
Luis Enrique: despedida con pleno en la Copa
La afición del Alavés ponía la ilusión en la segunda final de su historia. Más voz, pancartas más elaboradas y muchas ganas aportaban desde el fondo. Aportaban más color también por las calles de Madrid, donde los aficionados se mezclaban de manera amistosa. Luego, con la calentura del partido, mientras los blaugrana gritaban «Messi, Messi», desde la grada del Alavés respondían «Messi paga ya». La Copa es una fiesta y hay que disfrutarla. Pero la experiencia estaba en el Barcelona y en su banquillo. Era el último partido de Luis Enrique, su última vez, pero se marcha cumpliendo con su costumbre de ganar la Copa. Ha ganado las tres en las que ha dirigido al Barcelona. Y lo hizo respetando a su equipo, con Cillesen en la portería y con el esquema tradicional de cuatro defensas a pesar de que no tenía lateral derecho. Por ahí pasaron durante el partido Mascherano, André Gomes y Aleix Vidal, que recibió la mayor ovación del partido. Aunque los elogios eran para Messi. «Es un extraterrestre», afirmaba Luis Enrique. «He tenido la suerte de disfrutar del mejor Leo», añadía. Y sobre las sensaciones de su despedida decía: «Tristeza en absoluto, alegría total. He sido yo el que ha decidido irse. La intensidad con la que se vive esta profesión implica desgaste», explicaba el ya ex técnico azulgrana.
«El tercer gol marcó un clic en el marcador, aunque no en el ánimo de los jugadores», lamentaba Pellegrino. «Ante estos equipos hay que hacer las cosas a la perfección», se lamentaba el preparador del Alavés, también en su último partido.
Los números recordarán que Luis Enrique ganó tres Copas en tres años. Su torneo y el del Barcelona. «Luis Enrique, Luis Enrique», se escuchaba desde el fondo azulgrana del estadio como despedida. «Campeones, campeones», gritaban desde el otro lado. Con la tranquilidad de haber ganado un título en su último partido, Luis Enrique se atrevía a cantar el himno del Barcelona desde la hierba. Lo acompañaba su hija pequeña de siete años. «Cada vez que llega una final me pide saltar al césped», aseguraba. Antes se había abrazado a todos sus jugadores para celebrar su último título. Era un hombre feliz.
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