LaVuelta24
McNulty, por la senda de Kuss
El estadounidense se impone en la primera etapa de la Vuelta, una contrarreloj de 12 kilómetros en Lisboa
Brandon McNulty es uno de esos jóvenes corredores que lucen bigote setentero. Un ciclista que se maneja bien contra el reloj pero que nunca había ganado una etapa cronometrada en una grande. Hasta ahora. Hasta que Lisboa ha recibido la Vuelta para dar comienzo a la carrera desde la puerta del Monasterio de los Jerónimos, cerca del monumento a los descubridores y del lugar desde donde Portugal lanzaba a sus navegantes a ensanchar el mundo.
Ahora McNulty. que ya avisaba con su maillot de las estrellas y barras de campeón estadounidense contrarreloj de lo que podía hacer, es el primer líder de la Vuelta. Un ganador sorprendente ante el nivel de los rivales. No se le esperaba en esa posición por delante de corredores como Wout Van Aert o como Joshua Tarling, el joven británico que se quedó a unos segundos de conseguir medalla en los Juegos Olímpicos y que de no ser por una avería mecánica quizá se hubiera llevado el oro.
Ni siquiera llegaba al final con el mejor tiempo en el último parcial el corredor del UAE, dispuesto a ocupar en la jerarquía del equipo el lugar que pertenecía a Juan Ayuso. Van Aert marcó el mejor tiempo en el último parcial, pero McNulty fue el último de su equipo en tomar la salida. Un aviso de lo que esperaban de él Matxin y el UAE.
McNulty asoma el primer día de carrera como si quisiera seguir la estela de su compatriota Sepp Kuss, el defensor del título del año pasado. Un ciclista que no era la primera opción de su equipo y que se vistió de rojo en Madrid. «Está claro que tenemos dos grandes líderes en el equipo como Joao [Almeida] y Adam [Yates] y estoy aquí para ayudarles», confiesa McNulty. Nada que no hubiera podido decir Kuss el año pasado cuando se vistió de líder por primera vez.
McNulty, que se dio a conocer en la Vuelta a Sicilia de 2019, cuando ganó la general y una etapa, sólo había ganado una etapa en una gran vuelta, en el Giro del año pasado. Y no ha pasado del decimoquinto lugar como mejor clasificación en una grande. «Nunca se puede saber. Ganar una clasificación general en una gran vuelta sería un gran paso adelante. Pero me veo más haciéndolo en una carrera de una semana», asume.
Por eso no piensa en dar una sorpresa como la de Kuss en 2023, aunque de momento ya lleva 53 segundos de ventaja al último ganador de la carrera. No era terreno para el estadounidense. Tampoco para Landa, que se dejó un minuto y cinco segundos en la meta.
La buena contrarreloj del último día del Tour parece un espejismo. «No había nada de llano y llegaba en buen momento», advertía el corredor alavés. Como para que nadie esperara que lo repitiera.
Sí era un terreno para que Roglic exhibiera sus galones de tres veces ganador de la Vuelta. Lo hizo bien el esloveno, aunque cediera al impulso de los más jóvenes. Fue octavo, a 17 segundos de los ganadores y ninguno de los restantes favoritos quedó por delante de él. Dos segundos peor lo hizo Joao Almeida.
39 segundos se dejó Enric Mas, 40 Richard Carapaz y 46 Carlos Rodríguez. «A mí, las contrarrelojes me gustan, y encima esta que es sencilla, sin ninguna complicación, y también teniendo alguien en el equipo que puede aspirar a la victoria [en referencia a Joshua Tarling], es algo bonito», advertía el español antes de tomar la rampa de salida, aunque sus tiempos estuvieron lejos de los mejores.
«Hace bastante que no gano una carrera, y tengo muchas ganas de ganar de nuevo. En la primera semana hay muchas oportunidades, así que espero poder tener éxitos temprano», reconocía Wout Van Aert antes de la etapa. La buena actuación en los Juegos Olímpicos le ha reforzado la moral, pero de momento tendrá que seguir esperando para lograr ese triunfo.
«Pensaba en un top 5», confiesa McNulty. Pero de momento sale de Lisboa como maillot rojo. El primero de la Vuelta.
✕
Accede a tu cuenta para comentar