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Messi tiene la palabra

El Barça busca un entrenador que conozca la casa, el estilo y que lidie con las vacas sagradas del vestuario, que están en la treintena. Antes, está la renovación de Leo, cuya opinión del nuevo técnico se tendrá en cuenta.

Luis Enrique
Luis Enriquelarazon

El Barça busca un entrenador que conozca la casa, el estilo y que lidie con las vacas sagradas del vestuario, que están en la treintena. Antes, está la renovación de Leo, cuya opinión del nuevo técnico se tendrá en cuenta.

Es el día después de que Luis Enrique anunciara su adiós al Barça al final del curso. Caras sonrientes en los jugadores, reenganchados a la Liga, y pasillo de collejas para Paco Alcácer y Umtiti por haber fallado en los rondos, como suele ser habitual. Buen ambiente para preparar el duelo del sábado contra el Celta, el primero de la cuenta atrás para el técnico del Barcelona. La noticia no pilló por sorpresa a la directiva, que lo intuía desde agosto y lo sabía desde hace días, y el momento en el que lo dijo entienden que puede servir de incentivo para buscar la remontada casi imposible del miércoles ante el PSG, a la vez que da margen de maniobra para buscar al sustituto. Pero antes que encontrar entrenador, el club debe afrontar la renovación de Messi, que ya está en marcha. No le preguntarán directamente al «10» que quién quiere para el banquillo, pero seguro que se tanteará a su entorno cuando se tenga a los candidatos y que su opinión se tendrá en cuenta. Leo, que multiplicará su ficha, es la piedra angular del futuro azulgrana. En junio, Messi cumple 30 años, los mismos que ya tienen Piqué o Luis Suárez, uno más que los que tendrá Busquets (29) y tres menos que Iniesta o Mascherano (33). Son los pesos pesados del equipo y todos seguirán, por lo que la gestión del vestuario será complicada. «No sabes lo que es lidiar con ellos», afirma un miembro del club en privado, en referencia a los jugadores. Guardiola, cuando se enteró de la marcha de Luis Enrique, dijo lo que se necesita para dirigir al Barcelona: «Ir a la tuya, escuchar poco y tomar decisiones impopulares». No es un club fácil, como ninguno de los grandes de Europa. Por ejemplo, a Cruyff, el gurú del fútbol barcelonista, lo destituyeron de mala manera y se pasó las últimas dos temporadas sin ganar nada. Guardiola también abandonó el club de forma extraña en la única campaña en la que no conquistó la Liga como técnico del Barça. Luis Enrique conoce el funcionamiento del fútbol y el desgaste con la prensa (propiciado por él principalmente) y con la plantilla era evidente, aunque con los jugadores no ha habido una ruptura. Piqué, Alba o Iniesta le han apoyado en público y en el partido contra el Sporting , Messi y Suárez aceptaron ser sustituidos con una sonrisa.

Pep (cuatro temporadas) y Johan Cruyff (ocho) son dos de los cinco entrenadores que han estado más de tres campañas seguidas al frente del Barça en sus más de cien años de historia. Además están Rijkaard (cinco), Fernando Daucik (cuatro), el cuñado de Kubala y el técnico del Barça de las cinco Copas; y Rinus Michels (cuatro, aunque después estaría más años alternos). Lo de Luis Enrique, por tanto es más una norma que una excepción y la búsqueda de su sustituto intentará llevarse con discreción. No se anunciará el nombre hasta que la temporada esté cerca de su fin.

Las preferencias se centran en un técnico que conozca la casa y el estilo del Barça. Valverde, que termina contrato con el Athletic, aunque tiene una oferta de renovación, lo cumple. Sería curioso que ficharan al entrenador que tanto quiso Zubizarreta, ex director deportivo, echado por la actual junta directiva en un momento de crisis en enero de 2015. Eusebio se desmarcó ayer de la opción, aunque conoce a Messi, porque era el segundo de Rijkaard cuando Leo llegó al primer equipo. Unzué, ayudante de Luis Enrique ahora, sería una opción continuista. Óscar García también conoce el Barça, aunque le falta experiencia como preparador en grandes clubes. Sampaoli se sale de ese esquema, pero tiene buena relación personal con Messi, Neymar y Mascherano. Klopp sería la opción más rompedora, el cambio más radical.