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Miriam Gutiérrez: “No me gusta coronarme, pero voy a por el EBU de boxeo”

La boxeadora madrileña tiene una cita con Europa el próximo viernes

Miriam Gutiérrez, boxeadora que tiene una cita con Europa el próximo viernes/David Jar
Miriam Gutiérrez, boxeadora que tiene una cita con Europa el próximo viernes/David Jarlarazon

La boxeadora madrileña tiene una cita con Europa el próximo viernes

Decir que Miriam Gutiérrez (9-0-0) es una luchadora no es descubrir nada nuevo. De hecho, lo curioso de la afirmación descansa en el doble sentido de la palabra; en el literal, porque es boxeadora y, por tanto, practica el arte de la lucha; en el figurado, porque su historia de superación es plausible, de una auténtica guerrera. Miriam tiene una cita con el EBU este viernes, en Madrid, pero hasta llegar a esta meta se ha tropezado, se ha caído, se ha dado “hostias” (se las han dado; encima de estas que dejan marcado de por vida, y fuera de las cuerdas); la han vejado, la han humillado, la han ridiculizado. Toda esa ponzoña que se fue acumulando dentro fue alimentando a una bestia que pega puñetazos fuertes y que puede ser la mejor del Viejo Continente en su peso; pero también alimentó a una persona para ser una mejor persona, un ejemplo en el que mirarse.

A pesar de no haber disputado aún el campeonato, Miriam tiene una deuda con el deporte: “[El boxeo] me enseñó a quitarme ese miedo que yo tenía y a saber canalizar ciertas emociones: tenía nerviosismo, miedos, angustias... Todo eso me lo ha dado el deporte”. ‘La Reina’ (así se la conoce dentro del cuadrilátero) fue víctima de violencia de género, y un duro golpe físico -y emocional, también- a los ocho meses de embarazo la arrastró (eso también es casi literal) a parir de inmediato a su hija de ahora 14 años. Por eso ahora es, también, embajadora de la Fundación Jero, que lucha contra las desigualdades sociales y combate la violencia a través del deporte, además de trabajar fuera del ring. Pero siempre hay tiempo si la dicha es buena: “Si yo veo que con las ganas que le pongo llego a muchos corazones, a muchas cabezas, a muchos pensamientos, a mí me llena y siempre tendré tiempo para hacer ver a esas personas que si se quiere, se sale”.

A pesar de no haber disputado aún el campeonato, Miriam está mentalizadísima: “Me encuentro bien: sabemos que hemos trabajado y estoy deseando que llegue el día para poder comer mucho después de la pelea [Risas]. Pero sobre todo, lo que estoy deseando es disfrutarlo”. Para afrontar la contienda, la boxeadora se ha centrado en tres aspectos fundamentales: “alimentación, descanso y entrenamiento”. Este último factor se ha antojado como fundamental, pues este combate es diferente a todos los que ha disputado Miriam por los asaltos, que serán diez. “Tengo que pulir muchos más ajustes por el ritmo del combate”, afirma la boxeadora.

A sus 36 años tiene claro que “llegada esta oportunidad no la va a rechazar”, pero que este no es el último cartucho de su arma. “Si se pierde, a otra cosa, pero ilusión tengo”, asegura. Y el hecho de ser Madrid, su casa, no le aporta seguridad; todo lo contrario: “Me he estado preparando en una serie de virtudes: me encuentro mucho más rápida al bajar de peso y he potenciado una serie de factores que espero que influyan en la pelea, pero si te entra una mano da igual donde sea, vas al suelo y se acabó”.

A pesar de ser ‘La Reina’, no presagia: “No me gusta coronarme: lo siento mucho, pero soy de las personas que no se anticipa a adversidades, por si acaso”. Los golpes que esquiva en el ring son una metáfora del pasado, pero con diferente consecuencia; antes era para proteger su vida; ahora es para verla crecer. Tiene dos motivos de 6 y 14 años para levantar el cinturón el viernes. Y seguro que lo va a hacer.