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GP de Cataluña de MotoGP, Álex Márquez reina en Montmeló y aplaza el título de su hermano Marc

Álex se toma la revancha de su caída el sábado con una enorme victoria en la carrera larga por delante de Marc, que no tendrá bola de título de MotoGP en San Marino

Los hermanos Márquez celebran en el podio de Montmeló su primer y segundo puesto ASSOCIATED PRESSAP

Sebastián Parra
José Manuel Martín
José Manuel Martín

Madrid Creada: 07.09.2025 19:12

Última actualización: 07.09.2025 19:12

No habrá bola de título para Marc Márquez en San Marino, pero a quién le importa. A los hermanos de Cervera nada, porque convirtieron Montmeló, el circuito más cercano a su casa en una fiesta privada. Ni soñándolo podrían haber escrito un mejor guion para ellos este curso. Tienen el Mundial de MotoGP secuestrado y se reparten el botín como mejor les parece.

En Barcelona, después del error enorme del sábado, Álex se tomó la revancha con una victoria monumental, saliendo desde la «pole», y recuperando la primera posición después de que Marc se la arrebatase en las primeras vueltas. Impuso su ley el pequeño de la casa, que ya ganó en Jerez, y ayer volvió a darse un baño de masas ante su afición, con un triunfo que merecía desde 24 horas antes.

No le tembló el pulso esta vez cuando se vio solo en cabeza con mucha ventaja. Su cabeza no empezó a pensar si había cerrado la puerta de casa o no al salir para el circuito, así que no hubo ningún problema. Pasó primero por la bandera que ondeaba Carles Puyol y ahí empezó la fiesta de los Márquez en el circuito de Barcelona. «Todavía tengo la espinita del Sprint, sinceramente, aún duele, porque podría haber hecho un doblete. Ha sido una carrera de autocontrol, tenía más ritmo, pero no quería destrozar los neumáticos. Había que gestionar y lo hemos hecho a la perfección. Hemos rematado un finde que era importante para nosotros», decía en Dazn el pequeño de la casa.

Su hermano mayor lo intentó hasta que quedaban siete vueltas más o menos, cuando levantó la bandera blanca después de un sustito en la curva diez. Le valía la segunda posición, que le acerca un poco más al título mundial y además le permitía ver a su hermano pequeño ganar el premio que se ha merecido en un fin de semana perfecto más allá del resbalón de la Sprint. «Si alguien tenía que cortar la racha, que fuese el hermano, se lo medio perdonamos. He intentado el último arreón, pero en la diez me he ido largo, iba más rápido que yo igual que el sábado. Lo importante es que hemos estado cerquita y hemos podido celebrar juntos, algo que no pude hacer en Jerez. Se lo merece», insistía Marc, casi más feliz que si hubiese ganado él.

Aunque en realidad los dos ganaron de alguna manera, Álex porque ponía su nombre en Montmeló en MotoGP, y Marc porque no va a tener bola de partido en San Marino, al ladito del pueblo de Valentino Rossi, pero sí que a poco que le salgan las cosas allí se va a dejar una volea fácil en la red para sentenciar todo en Japón. Un poco lejos, pero qué más da después de los fatídicos últimos años que ha pasado con su lesión en el brazo.

«Quedan siete carreras para el final, evidentemente, no está bien que lo diga, pero es cuestión de tiempo (ser campeón) si seguimos con la misma mentalidad. En un Gran Premio donde hemos sufrido hemos sacado los máximos puntos posibles y hemos sido los que más hemos sumado», reflexionaba el número «93», que si suma al menos tres puntos en Misano, tendrá el primer "match ball" en Japón. No tiene ninguna prisa, ayer le merecía más la pena ver a su hermano coronarse, una vez que el benjamín había sido inalcanzable en carrera. «En el podio me ha costado no emocionarme. Es inexplicable compartir el podio en el Gran Premio de casa, además con todo lo que ha trabajado. Álex no es el más explosivo ni tiene un súper talento, pero es más trabajador que todos los demás. Aquí ganó en Moto3, dos veces en Moto2 y ahora en MotoGP», terminaba orgulloso Marc.

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