Marc se las sabe todas

Márquez tiene una respuesta brillante para cada interrogante que le plantea su primer año en MotoGP. No hay pregunta que no sepa contestar, se las sabe todas por muy complicadas que sean algunas de ellas. La de ayer en Brno no fue precisamente sencilla, con Lorenzo apurando al máximo su Yamaha en busca de llevar al límite al «rookie». Lo hizo con una salida espectacular, pero Marc esperó su momento, apretó los dientes en el cara a cara individual y acabó sumando su cuarto triunfo de la temporada, más que nadie en la historia durante su temporada de novato.

«Esta victoria sí que no me la esperaba, he disfrutado más que en Indianápolis, he ido todo el tiempo a tope y la lucha ha sido muy bonita», explicaba Marc nada más darle otro buen golpe al campeonato. Se suponía que el checo era un trazado más propicio para Yamaha, pero ahora mismo la Honda está un paso por delante. Lorenzo hizo una salida estratosférica y en sólo un giro ya tenía un segundo de ventaja sobre los otros dos españoles. Es la única estrategia posible para él: mirar hacia adelante y darlo todo a ver qué pasa, pero lo que sucede es que sus rivales más directos le recortan el terreno ganado y después le dejan atrás, tanto en el asfalto como en la clasificación general. Nueve vueltas duró en Brno la aventura en solitario del mallorquín, porque antes de la mitad de la prueba ya tenía a Marc pegado a su rueda trasera. La misma que acabó degradada al tumbar la moto más que de costumbre en el paso por curva buscando minimizar sus carencias de potencia y aceleración.

Aunque Márquez tenía más ritmo y venía fresco desde atrás, el vigente campeón vendió muy cara su derrota, algo que agradecieron los espectadores, encantados de ver un mano a mano bestial entre el rey actual y el que parece que será el próximo. Hasta tres adelantamientos al límite dejó una carrera con los nervios de punta y en la que los tres candidatos vivieron en la misma décima. El nuevo «niño de oro» aguantó sin abrir la boca ni dar un paso atrás la pelea con Jorge. Un par de avisos le dio su neumático delantero, pero tiene una confianza fuera de lo normal y parece que nada puede apartarle de su objetivo. «Sabía que en la segunda parte de la prueba seríamos más fuertes y así ha sucedido. Hay otra carrera el próximo fin de semana, pero estos 25 puntos ya están hechos», insistía con una sonrisa imposible de disimular.

Ahora tiene 44 de ventaja sobre Lorenzo y 26 respecto a Pedrosa, que se quedó corto en sus intenciones. Dani estuvo toda la mañana en la tercera posición, dejando a Marc que encabezase la persecución y guardando fuerzas. Parecía claro que iba muy cómodo y que tenía guardados algunos kilómetros por hora más bajo el acelerador para subirse a lo más alto del podio. Pero su ataque no llegaba y hasta él se dio cuenta de que lo hizo demasiado tarde: «Al final creo que era el que tenía mejor ritmo, pero me ha faltado adelantar a Jorge una vuelta antes. Estoy contento por un lado y decepcionado por otro, ya que esta vez he fallado yo», confesaba, consciente de que se quedó sin espacio para intentar discutir el cuarto triunfo de Marc, que ya se había escapado hacia la bandera de cuadros, de la que no se separa desde hace semanas.