Motociclismo
MotoGP: Saltan chispas
Márquez adelantó a Lorenzo en la última curva, la que lleva su nombre, en una acción polémica que ya forma parte de la historia de MotoGP
Dani Pedrosa (Repsol Honda RC 213 V) logró su primera victoria de la temporada en Jerez mientras que su compañero de equipo Marc Márquez se tocaba en la última curva con Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) para ser segundo y colocarse líder en solitario del mundial.
El terremoto que ha generado la llegada de Márquez a MotoGP alcanzó el punto más alto de la escala de Richter en Jerez. El epicentro del seísmo fue la última curva de la última vuelta, justo la que lleva el nombre de Lorenzo desde el sábado y de la que ayer salió derrotado. Era el momento final de la prueba, Pedrosa disfrutaba tranquilamente de su victoria y por detrás saltó la chispa entre el vigente campeón y el recién llegado. Márquez iba persiguiendo a Jorge en busca del segundo puesto, hubo momentos en los que pareció que sería imposible, pero se las apañó para llegar al tiempo de descuento con opciones, y en los momentos más calientes todo el mundo sabe que Marc no es precisamente conservador. «El primer intento ha sido fallido, porque me he ido largo, era demasiado riesgo y solté frenos. Luego he querido estar lo más cerca posible de él. Al principio me conformaba con la tercera posición, pero al ver que se abría he ido hacia adentro y me ha salido ese espíritu de querer siempre más». Así explicaba Marc su última «travesura», una acción polémica, que ya es historia con mayúsculas del Mundial de MotoGP. Una de ésas que no pueden faltar en el currículum de un gran campeón, que en su ansia de victoria a veces se acerca a la línea que separa lo legal de lo ilegal. La teoría dice que Lorenzo, que iba por delante, tenía que defender la posición cerrando la trayectoria más lógica. Pero Jorge pensó que el «enemigo» estaba más lejos y dejó algo de espacio. Era más de una rendija y al «rookie» le faltó tiempo para lanzar el ataque. Entró pasado y acabó chocando y desplazando a la Yamaha del mallorquín, que ardía dentro del casco por ser el derrotado.
Hay tantas opiniones como expertos respecto a este tipo de acciones, que dejan un debate posterior casi más apasionante que el de un penalti no pitado en un derbi de máxima rivalidad. «No se abre una guerra, esto son carreras y todo el mundo da el cien por cien en la última vuelta. Si me lo hubieran hecho a mí, también estaría enfadado, porque pierdes una posición en la clasificación, pero creo que es un lance de carrera. Entiendo que ahora esté caliente y espero que pronto nuestra relación vuelva a la normalidad», aseguraba el pupilo de Alzamora. El discurso de Lorenzo se desarrolló más con gestos que con palabras, porque decidió no hablar del asunto. Lo que sí hizo fue negarle tres veces el saludo a su rival. «No voy a comentar nada más del tema, no creo que gane nada haciéndolo. He cometido dos errores, uno en la salida y otro al final, porque debí cerrarle la puerta, pero pensé que lo tenía más lejos», reconoció. Su cara también era otra forma de comunicar el momento difícil por el que estaba pasando, después de perder el liderato del Mundial a manos de un jovencito. «He hecho carreras peores, de las que he vuelto con fuerza otra vez a la victoria», comentaba, quizá impaciente por tomarse la revancha dentro de dos semanas en Francia. «Estas acciones siempre son complicadas y mucho más duras para el que acaba perdiendo el puesto», le ayudaba Dani Pedrosa, ajeno esta vez a la polémica. Tampoco tuvo nada que ver Valentino Rossi, cuarto, aunque ya le hubiera gustado: «Sólo lo he visto una vez y parece que había espacio. Si hubiera estado en ese momento con ellos, quizá hubiera sido más divertido», bromeaba.
Para pocos chistes estaba su compañero de equipo, feliz los días previos con la celebración por su cumpleaños y el homenaje de Jerez poniendo su nombre a la curva más famosa del momento. Tierra conquistada ayer por Marc Márquez, que dio la razón a aquellos que ven en él al nuevo Rossi en todos los aspectos. El «niño» hizo un adelantamiento propio del italiano, que ya en 2005 tuvo una acción parecida en el mismo lugar con Sete Gibernau como «víctima». Aquella «jugada» fue considerada justa por la mayoría, igual que ésta en la que Marc tenía mucho más espacio para pasar y puso otro ladrillo a su leyenda lanzándose a por la victoria por el único hueco posible. El premio: liderar el Mundial en solitario, después de sólo tres carreras, con menos edad que cualquiera de los que le precedieron. «Lo quiero disfrutar, ya que no siempre se es líder de MotoGP».
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