Nadal, cada vez más reconocible después de resolver un maratón de más de tres horas

Un maratón de más tres horas y Nadal sigue vivo en Madrid. Rafa se impuso al argentino Pedro Cachín por 6-1, 6-7 [5/7] y 6-3 en tres horas y cinco minutos. Habrá una cuarta oportunidad para ver al zurdo en la Caja Mágica. Será ante el checo Jiri Lehecka que acabó con el brasileño Thiago Monteiro por 6-4 y 7-6 (9/7). El checo llegó este curso a Madrid sin haber ganado un partido en el torneo y en tercera ronda acabó con el verdugo de Stefanos Tsitsipas. La duda es ver cómo responde Rafa 24 horas después de haberse dado una paliza ante Cachín.

Si a Rafa le hubieran dado a elegir un formato de partido para la tercera ronda del Mutua Madrid Open hubiera diferido muy poco de lo que se vivió en el primer set ante el argentino. Fue demasiado cercano a lo ideal. Intercambios perfectos para coger ritmo desde el fondo de la pista, derechas que funcionan, reveses cruzados como en los buenos tiempos, saque fiable, subidas a la red con fundamento... ni un solo pero. Sin novedades en el aspecto físico, la mejor de las noticias, el juego de Nadal sólo puede ir creciendo. El primer set ante Cachín fue un paso más al frente. Después del gran salto protagonizado ante De Miñaur, la progresión continúa. Fueron tres breaks en el primer set y una sensación de control como hace tiempo que no tenía. Fue un Nadal reconocible que le vino muy grande al número 91 del mundo.

En realidad el argentino había cumplido con creces plantándose en tercera ronda y disfrutando de una tarde con Rafa en la Manolo Santana. Dejó algún detalle con el saque y con la derecha, pero resultó inofensivo para el zurdo. Su relato era uno de los mejores del torneo. Llegaba después de haber perdido 15 partidos seguidos, diez de ellos en 2024, y en la Caja Mágica acabó con su mala racha. Superó al austriaco Ofner y protagonizó una de las sorpresas del torneo liquidando a Tiafoe. Con ese balance y después de haber cedido el primer set, Cachín tomó el único camino que podía seguir. Decidió ser más atrevido y sus golpes empezaron a hacer daño a un Nadal que sufrió un parón. El servicio del argentino, su derecha e incluso el revés comenzaron a llevar el peso y dispuso de un saque para ponerse 5-1. Se quedó sin munición y Rafa volvió a recuperar el control con una de esas dosis de agonía a las que nos tenía y, por lo visto, nos va a seguir teniendo acostumbrados. Cachín tuvo su saque con 4-5 para resolver el parcial e incluso dispuso de dos bolas de set, pero terminó entregando su servicio con una doble falta. El partido era una montaña rusa porque Rafa cedió su tercer servicio en el set y el argentino dispuso de otro saque para cerrar la segunda manga, pero fue incapaz. En el desempate y alcanzadas las dos horas de partido, Cachín volvió a soltarse en el "tie-break" y planteó un nuevo desafío a Rafa en forma de tercer set.

La duda era cómo iba a responder el físico de Rafa. Dos partidos en Barcelona a dos sets; otros dos en Madrid con otros dos sets y ahora un reto camino de las tres horas. Nadal recuperó la agresividad para tomar la delantera con un break incluido, pero Cachín respondió de inmediato. El partido fue a tirones. Y el segundo fue el definitivo. Rafa sumó otros dos juegos y al argentino se le acabaron los argumentos después de más tres horas de pelea.

Cae Sara Sorribes, sin españolas en el cuadro femenino

La número uno mundial, Iga Swiatek, ha dejado el cuadro femenino sin raquetas españolas. La polaca superó a Sara Sorribes por un rotundo 6-1 y 6-0. Swiatek sólo había perdido siete juegos en lo que iba de torneo y ante Sorribes se dejó únicamente otro, el primero del partido, antes de lanzarse hacia los cuartos de final con doce juegos del tirón sin inmutarse. Correr a todas las bolas, no irse del partido y salvar tres puntos de set fueron los méritos de la número uno española. Sorribes había eliminado ya en la Caja Mágica a dos cabezas de serie, la ucraniana Elena Svitolina y la bielorrusa Viktoria Azarenka, y Swiatek no se permitió ninguna relajación. La jugadora polaca tiene en Madrid su única asignatura pendiente sobre la tierra, su superficie favorita. El año pasado perdió la final ante la bielorrusa Aryna Sabalenka.