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Neymar siembra la duda

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El Barcelona quiere prorrogar ya el contrato del brasileño hasta 2021. El jugador, ambiguo, se lo toma con calma

«No sé, la vida es larga», afirma Neymar cuando se le pregunta por el interés de varios equipos de la Premier por contratarle. El azulgrana, llamado a ser el sucesor de Messi como número uno del mundo, se toma con calma el tema de su futuro y de su renovación y eso ha sembrado el pánico entre el barcelonismo. «Estamos hablando de ello y soy optimista», aseguró Ney, ayer, al aterrizar en Barcelona para comenzar a preparar el partido ante el Betis.

Bastantes más urgencias, por lo visto, tiene el Barcelona, o sus dirigentes para ser más exactos, pese a que Neymar tiene un contrato que expira en junio de 2018 y una cláusula de rescisión de 190 millones de euros, a los que habría que sumar impuestos y tasas. Y es que Bartomeu, presidente azulgrana, que siempre ha apostado por que Neymar se retire en el Barcelona, está mosqueado con todo lo que se cuece en el entorno del brasileño. Como pensar que Florentino Pérez podría lanzarse a una operación astronómica para convencer al brasileño de que tome el puente aéreo como en su día hizo Figo. El jugador tendría que decir sí y pagar su cláusula.

Complicado parece, pero el padre de Neymar, molesto con todo lo que estaba ocurriendo con Hacienda y los juzgados, mandó un aviso hace un par de meses. No es que viniera a pedir un trato especial del fisco español, pero le sorprendía que todo se fiscalizara en su hijo.

Y es que el coste real de Neymar es el secreto mejor guardado del fútbol mundial, algo así como la fórmula de la Coca-Cola. De los 57 millones iniciales que confesó Rosell se puede ir hasta cerca de los 200 millones, según desveló Eduardo Inda en «El Chiringuito». Algún día saldremos de dudas, pero la realidad es que el Barcelona se cierra en banda sobre el particular, no habla de números y lo único que quiere es que el rendimiento del futbolista siga creciendo, como ha ocurrido en este 2015 que se acaba y que le ha valiado a Neymar para estar ya nominado –junto a Messi y Cristiano Ronaldo– al Balón de Oro.

Neymar es, pues, el mayor activo del Barcelona junto a Messi. Su edad –cumplirá 24 años en febrero– y sus dotes futbolísticas le convierten en el referente del futuro. En el club lo saben y de ahí que desde hace meses, una vez que Bartomeu ganó la presidencia en las urnas, una de las cuestiones prioritarias que se ha marcado la entidad azulgrana sea su renovación. Y la oferta económica será muy importante. Neymar vendría a ganar lo que Messi. Ahora tiene un fijo de once millones más una serie de pluses en función de los objetivos. En la temporada 2014-15 sus ingresos rondaron los 18 millones más primas. El optimismo del jugador, la habilidad del padre, al que Florentino llama asiduamente, según el «Sport», y el interés no oculto del Manchester United, obligado a dar un pelotazo para volver a la élite, planean sobre el futuro de Neymar.

El jugador es el que parece más tranquilo. Ha regresado de Brasil, donde se lo ha pasado en grande, cantando y bailando con sus amigos, con su sonrisa habitual, dispuesto a conseguir que el Barcelona siga ganando títulos. Sabe que con su juego y sus goles llegarán más ingresos. Por eso no tiene prisa mientras en el club están deseosos de cerrar la operación cuanto antes.

Neymar, que en su día, con catorce años, estuvo probando con el Real Madrid, siempre ha sido un jugador muy del agrado de Florentino Pérez, que mandó al abogado Julio Senn y al doctor Carlos Díez para negociar su fichaje. Al final no se concretó. En Madrid siempre han asegurado que la operación se disparaba en lo económico y fue el Barça quien se hizo con sus servicios.