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Ni Casillas ni Militao, del Oporto, pueden con el Liverpool (2-0)

Casillas, durante el partido
Casillas, durante el partidolarazon

El Oporto fue voluntarioso, corrió, lo intentó, pero casi todo el rato fue inferior al Liverpoo de Klopp, quizá el equipo que mejor maneja todos los recursos del fútbol. Si tiene que esperar atrás y tener paciencia, pues la tiene. Si le toca dominar, lo hace sin complejos y con autoridad. A veces le falta brillantez, pero da una confianza, una seguridad en lo que hace, que lo convierte en uno de los favoritosY además, no perdona. Como te equivoques, como te despistes un momento, no te perdona. El Oporto va a necesitar casi un milagro para remontar los dos tantos en contra con los que se marchó de Anfield. Es verdad que tuvo oportunidades, pero en casi ningún momento se le vio con más autoridad que el rival. Era como si todo le costase mucho más. Lo que en el Liverpool salía más o menos fluido, en el Oporto era una cuestión de mucho trabajo. Oliver lo intentaba en el centro del campo, sin éxito y Marega era una máquina de combate en el ataque, incansable y peleón, exigió lo mejor a Van Dijk. Es un equipo insistente el portugués, un grupo de futbolistas que sabe que no son los más brillantes y que no están en la elite de Europa, pero que han llegado hasta los cuartos dispuestos a pelear. Casillas es el veterano, aunque su partido no llamó la atención, ni para lo bueno ni para lo malo. No pudo hacer nada en los dos goles y no tuvo más trabajo. El primer tanto fue un rebote que le pilló a contrapié y el segundo una jugada elaborada por los de Klopp, que acabó con un pase cruzado a Firmino y ante lo que nada pudo hacer tampoco Casillas. También fue titular Militao, el defensa que la próxima temporada será jugador del Real Madrid. No tuvo a Pepe al lado. Fue un partido de mucho trabajo para el central.Salió el Oporto intentando mostrarle al subcampeón de Europa en su territorio que no tenía ningún complejo. Quiso presionar arriba, imponerse. El Liverpool, en cambio, mostró más pereza o más prudencia o más confianza en que su oportunidad iba a llegar.Y no tardó, la verdad. Apenas había mostrado nada el conjunto de Klopp cuando se encontró con el gol. En un remate de Keita al borde del área, la pelota rebotó en Óliver Torres y despistó a Casillas, que sólo vio cómo la pelota entraba en la portería.La eliminatoria se complicó desde ese momento para losportugueses. No hay peor equipo en contra con un gol a favor que el Liverpool. El Oporto se mantuvo firme y lo estuvo durante todo el partido, pese a que durante algunos momentos todo se le puso cuesta arriba. Con el tanto a favor, el Liverpool tomó cuerpo, la pelota y empezó a jugar en el campo rival. Así llegó el segundo tanto, en una jugada colectiva.Con dos tantos, se le acabó la prisa al equipo de Klopp, con menos rock and roll que en otras ocasiones y con mucha más prudencia. No hubo vértigo, si cabeza, para tener el balón y dominar. Marega luchaba contra todo. Su pelea mantuvo al Oporto, pero es muy difícil.