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Ocho minutos de éxtasis del Barcelona

Con dos goles de Lewandowski y uno de Cancelo los azulgrana remontaron los dos goles de ventaja del Celta

Dos toques necesitó Robert Lewandowski para cambiar el partido y uno Joao Cancelo para decidirlo. En ocho minutos el Barcelona consiguió dar la vuelta a un partido que se le había puesto muy feo desde que Larsen, el delantero noruego del Celta, puso a su equipo por delante. Y con el segundo, que marcó Douvikas el partido parecía decidido.

El segundo tanto del Celta había demostrado todas las fortalezas del equipo gallego y las debilidades de los azulgrana. Mingueza robó un balón en el costado a Balde, que se vuelve vulgar cuando no puede aprovechar su velocidad y el Celta salió jugando desde el fondo con seguridad y precisión. La pelota pasó por Fran Beltrán y por Bamba hasta que llegó a Iago Aspas. Y el capitán encontró el lugar exacto por el que mandar la pelota a Douvikas para que marcara un gol que parecía definitivo.

Quedaban sólo 14 minutos de juego y el Barcelona se había estrellado continuamente contra el muro que construyó Rafa Benítez enfrente de su área. Todo parecía conducir a un desastre azulgrana, pero Joao Félix vio un hueco en la pared, levantó la pelota por encima de la defensa del Celta y Lewandowski convirtió el regalo del portugués en gol. La remontada era cosa de Lewandowski y de los Joaos. Porque por el costado derecho, por donde aparece Cancelo, llegó el pase atrás que Lewandowski transformó en el empate otra vez a un solo toque.

Quedaba todavía el éxtasis definitivo, el gol de Joao Cancelo que transformó un partido lamentable en una heroicidad. En ocho minutos cambió el resultado y cambió también el ánimo de los azulgrana. Todo a partir de ese pase de Joao Félix que abrió el camino para la victoria de los azulgrana.

Parte del mérito lo tiene Xavi, que mantuvo al portugués en el campo a pesar de mover a todos los jugadores de medio campo hacia delante excepto a Lewandowski.

Después del descanso hizo un hueco a Lamine Yamal y removió todo el equipo. Quitó a Oriol Romeu, dio a Gundogan el mando del equipo y jugó con cuatro delanteros.

Y como la cosa seguía sin funcionar, insistió en los cambios dejugadores de ataque. Raphinha sustituyó a Ferran Torres, que había tenido las ocasiones más claras del Barcelona pero sin puntería.

Con el brasileño en el campo llegaron los tres goles del Barcelona, pero los responsables fueron los Joaos y Lewandowski. Y el derrumbe del Celta, que se vio ganador del partido con el 0-2 y que empezó a temblar con el primer gol del polaco. Lewandowski no había estado muy activo, pero con dos remates lo cambió todo.