Entrevista

«Parece que el hábitat natural de Alcaraz es el precipicio»

Ante la reaparición de Alcaraz en Buenos Aires, Tomás García Yebra, el autor de su peculiar biografía, «Carlos Alcaraz. El cambio de paradigma. La diversión considerada como una de las bellas artes», habla de un «tenista pop» y con una actitud que es un ejemplo vital

Tomás García Yebra, autor de "Carlos Alcaraz. El cambio de paradigma"
Tomás García Yebra, autor de "Carlos Alcaraz. El cambio de paradigma"La Razón

Carlos Alcaraz reaparece como primer cabeza de serie en la tierra batida del torneo ATP 250 de Buenos Aires. Frente al serbio Laslo Djere jugará su primer partido desde que cayera lesionado el 4 de noviembre en los cuartos de París-Berçy ante Rune. Tomás García Yebra, periodista, licenciado en Historia del Arte, regente de la librería-museo Historia secreta en Las Navas del Marqués y «fan de McEnroe», refleja su particular «Alcarazmanía» en «Carlos Alcaraz. El cambio de paradigma. La diversión considerada como una de las bellas artes».

¿Cuándo descubre a Alcaraz?

Fue por televisión en el torneo de Madrid y aluciné. Dije esto es de dibujos animados. Me impactó el partido ante Nadal, aunque el chispazo no sé muy bien cuándo saltó. Tengo un taller de escritura creativa y contaba allí que esto es como cuando nace un libro con una imagen, una idea, que a veces se madura mucho, pero en este caso dije: a mí me hubiese gustado vivir la vida así, con ese desparpajo, con esa ilusión, sin miedo a nada, con esa forma tan divertida de afrontar cualquier situación. Me tenían que haber inculcado esto con 13 o 14 años, esa actitud de Carlitos es como hay que vivir. En la vida hay que soltar el brazo siempre, en cualquier circunstancia, porque eso es lo más positivo para ti y para los demás.

Alcaraz llega en una etapa con demasiados jugadores clónicos: mucho saque y mucho «palo»...

Hay que improvisar. Si todo está muy programado al final lo que más te gusta o lo que más te llena es aquello que has improvisado. Eso son las dejadas de Carlitos, sus golpes imprevisibles, aunque la naturalidad también se entrena. Puedes tener aptitudes, pero todo en esta vida se entrena, detrás hay mucho trabajo. Cuando tienes talento y aptitudes si añades trabajo sale lo que casi nadie tiene. Carlitos tiene golpes que podían ser sencillos y va buscando lo más inverosímil. Carlos es muy de todo o nada, en muchos partidos está en el alambre y eso cautiva.

Habría que evitar la montaña rusa en algún partido...

Madurar sin perder sus virtudes es complicado. Ganar como ganó el US Open no sé si se podrá repetir. No digo que no gane más Grand Slams, hablo de la forma en que lo ganó. Partidos como ante Sinner o Tiafoe parecía que los iba a perder. Es que parece que su hábitat natural es el precipicio, es el lugar donde se desenvuelve con una madurez que parece el Madrid del año pasado en Champions. Remontar, remontar, remontar... pero eso yo creo que sale una vez en la vida. Se trata de madurar para ir más sobre seguro.

¿Podrá domesticar la creatividad con la ayuda de Ferrero sin que pierda su esencia?

Domesticar y creatividad son dos términos contradictorios. Con el tiempo será un jugador más sólido, pero ojalá no pierda las esencias que nos hacen ponernos en pie. El ejemplo de cómo ha ganado Djokovic en Australia quizá no sea el juego más bonito, pero es de una solidez y una seguridad... quizá Carlitos llegue a ese nivel de juego, pero entonces echaremos de menos la locura juvenil.

Esa locura provoca que sus partidos sean divertidos...

De él siempre se puede esperar algo que sabes que te compensará haber pagado la entrada.

En el libro cuenta que alguien ajeno al tenis como Santiago Segura al ver un partido de Alcaraz dijo: «Este chico se divierte jugando al tenis». Eso revela una capacidad de transmisión que va más allá de entusiasmar o gustar a los puristas...

Así es. Alguien alejado del tenis se queda con que se divierte jugando. Lo complicado de verdad es divertirte en lo que haces, en tu profesión, todos estamos angustiados y Carlitos contagia que se lo pasa pipa en la pista. Eso hace que entusiasme. Además transmite humildad, buen rollo, confianza... podían aprender los políticos porque lo suyo es repugnante.

¿Qué espera de su regreso?

Será una fase de rodaje, pero como es imprevisible... Tendrá que ser más práctico en algunos puntos para, como dice Nadal, ganar incluso jugando mal. Aunque si él no se divierte en la pista no le compensa. El que se hayan agotado las entradas en Buenos Aires quiere decir que la gente sabe que va a ver algo que no le ofrece nadie.

Habla de Nadal y asegura que nos cansamos de Rafa...

Desgraciadamente nos cansamos de todo. Cuando te invitan al Ritz o viajas por todo el mundo al final lo que quieres es un plato de lentejas... nos cansamos de todo. Estamos mal hechos, la gente necesita consumir cosas nuevas constantemente.

¿Se imagina un Carlitos superada la treintena y con el carácter avinagrado?

La presión que tienen le obliga a tener la piel de acero para soportarla. Abstraerse de todo lo que te rodea es complicadísimo. Hay que lidiar con muchos frentes, pero Carlitos tiene condiciones para divertirse durante muchos años. Su entorno no es el de Arancha, Becker o Agassi... transmite normalidad, sus padres le arropan, lo de la cabeza, corazón y cojones de su abuelo está en el ADN, su pueblo... si es que hasta tiene cierto toque infantil.

En el libro también menciona a Garbiñe que no pasa por su mejor momento...

Garbiñe me encanta cuando dice que no quiere ser una jugadora regular, lo que quiere es recuperar la inspiración. Su carácter y su personalidad le impiden ser como Nadal. No todo es ganar, ganar, ganar... hay que divertirse.