Restringido
Pizarra de oro
Ganar la Liga pasa por superar partidos como el de anoche. Y el Barcelona lo volvió a hacer demostrando que ni se arruga en un campo difícil como Balaídos ni le intimidan las goleadas del Madrid. Los azulgrana se pusieron las pilas en la segunda parte y el esfuerzo tuvo su recompensa. Aunque el premio gordo llegó gracias a la estrategia. Bendita pizarra del segundo entrenador, Juan Carlos Unzué. Tras el gol, todo el banquillo fue a abrazarle. Y glorioso cabezazo de Mathieu, otra vez providencial, como en el clásico. Esa jugada trabajada vale lo mismo que los nueve goles del Madrid por la mañana.
Messi sí, Neymar no
A pesar de que aún arrastraba molestias en el pie, Messi decidió volver a liderar al equipo. Bajó a recibir y trató de potenciar su faceta como asistente, pero se encontró con un Neymar que no estuvo a la altura en la primera parte. Al brasileño hay que explicarle que en estos partidos debe pelear más y dejarse de lucimientos. Su apatía merecía quedarse en el vestuario. Quizá se dio cuenta, ya que en la reanudación salió más enchufado e incluso marcó un gol anulado injustamente. Pero su rendimiento acabó cayendo.
Esperando a Iniesta
Desde la llegada de Luis Enrique, el Barça pierde el control del juego con frecuencia. Se echa de menos gobernar los partidos desde la posesión. Anoche, sin ir más lejos, nadie suplió la ausencia de Xavi hasta que entró él. Y su ingreso coincidió con el mejor fútbol de los visitantes. Iniesta sigue desaparecido. Es incomprensible el bajón que ha sufrido en los últimos meses. Andrés ya no es determinante. Ojalá vuelva pronto. Y mención especial merece Piqué. Ha recuperado su mejor nivel y es el líder de este Barcelona. Él y Bravo fueron providenciales en los momentos más críticos. Y en el gol, su movimiento es perfecto para que rematara Mathieu. ¡Lo que vale ese gol!
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