Real Madrid

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Por un Bernabéu más blanco

El nuevo reglamento social del Madrid actúa «especialmente y de forma contundente» contra la venta ilegal de abonos. Se quiere evitar que el estadio pierda su esencia madridista.

La grada de animación del Santiago Bernabéu, en el último clásico de la Supercopa de este verano
La grada de animación del Santiago Bernabéu, en el último clásico de la Supercopa de este veranolarazon

El nuevo reglamento social del Madrid actúa «especialmente y de forma contundente» contra la venta ilegal de abonos. Se quiere evitar que el estadio pierda su esencia madridista.

En los últimos partidos en el Bernabéu, al salir del estadio, te llenaban las manos de papeles con números de teléfono a los que llamar si se quería alquilar el abono. Es una rutina que se repite en los días importantes: empresas compran el abono a los socios y luego los venden en diferentes webs a precios desorbitados y habitualmente a extranjeros, que viajan el fin de semana a la capital, que no miran lo que gastan y aprovechan para ver el mejor partido del mundo. Las empresas que se dedican a esto cobran su comisión y los socios del Madrid que los venden pagan todo o parte de su cuota anual con lo que reciben por estos partidos. Es una práctica que se ha hecho toda la vida, pero que, como sucede con todo, las redes sociales han multiplicado y globalizado. Hasta un punto exagerado.

Hace dos semanas, el Real Madrid mandó a los socios un email en el que les avisaba de que con fecha de 7 de diciembre entraba en vigor el nuevo Reglamento de Disciplina Social del Club. «Con este reglamento, el Club pretende actualizar, a las nuevas regulaciones del Consejo Superior de Deportes, Comisión Nacional Antiviolencia, Liga Nacional de Fútbol Profesional, Normativa UEFA, su marco disciplinario y actuar, especialmente y de forma contundente, contra la reventa de abonos y de entradas, que afecta a todos los socios», aseguraba el comunicado.

El plan es que en un partido tan importante el Bernabéu no pierda su esencia y no se convierta en un parque temático donde los turistas van a ver un espectáculo mundial sin apenas sentirlo. O que suceda algo tan extraño, pero no imposible de que el campo se llene de seguidores del equipo rival, como sucedió en el Camp Nou este verano.

Hace mucho, el Barcelona decidió que los partidos de la Supercopa no entraban en el abono del socio, por lo que hay muchas entradas a la venta. En otras Supercopas no pasó nada porque el rival no atraía, pero en este agosto, cuando el Madrid se llevó la victoria del campo enemigo, durante alguno momentos dio la impresión de que no, de que no era para nada enemigo. «Es raro lo que ha pasado con el público; no es agradable que lleguen a animar al rival», reconocía Iniesta.

En un encuentro de abono es complicado vivir algo parecido, pero con la venta masiva por la red, todo es posible. Por eso, en el nuevo reglamento de disciplina social del Madrid, venderlo a alguien que no sea el club, es una falta muy grave: «Propiciar la utilización indebida del carnet de Socio, de la tarjeta de abono y/o de las localidades facilitadas por el Club o a comerciar con alguna/s de la/s anteriores», dice la norma y sigue. «Se entiende por utilización indebida la cesión no gratuita, la subasta, venta, reventa no autorizada y/o intento de reventa». Desde hace tiempo, el Madrid perseguía ese negocio opaco, en el partido de mañana van a ser más cuidadosos que nunca.