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Rafa Nadal y Pedro Sánchez

Rafa Nadal y Pedro Sánchez
Rafa Nadal y Pedro Sánchezlarazon

Lunes 3

Divertir. Como la frase de Unamuno sobre Azaña.

–¿Cuál?

–Aquella de: «Cuidado con Azaña. Es un escritor sin lectores, capaz de hacer una revolución para que se le lea». Las frases, qué gran verdad, quedan más que los hechos, si bien no siempre. Cuando el fútbol, además de ganar y volver a ganar, es bonito, qué bonito es.

–¿Por qué dices eso?

–Por el fútbol bonito del Real Madrid contra el Leganés, con tantos goles, y el fútbol igualmente bonito del Barça contra el Huesca, con tantísimos goles.

Bonito: palabra dulce, sencilla, tersa, atractiva. No como el vocablo bonito del Ejecutivo de Pedro Sánchez enfadoso, grisote, impregnado de revanchismo y rencor.

–¿No exageras?

–Ni un pellejillo de uña. Ahí está dándome la razón la purga de aceiten de ricino socialista en TVE. ¡Qué decepción y tristeza, Rosa María Mateo, que tus bellos y ancianos ojos de 76 ó 77 años hayan visto lo que has hecho. A pesar de todo, te quiero... por los viejos tiempos vividos en TVE cuando nuestros ojos eran jóvenes.

Martes 4

El jefe. Leo: «El español, genéticamente, es mandón». A continuación: «El español no sabe jugar a la democracia. Prefiere mandar a gobernarnos».

–Muy discutible eso– piensa un discrepante.

No digo que no, pero tampoco que sí. Somos gritones en la calle, en el autobús y también mandones y tercos «discutiendo».

–Lo da la raza– me dice un historiador.

El Jefe, o sea Luis Enrique. Así como la calle era de Fraga, «la calle es mía», que decía, la Selección, en efecto, por lo que se está oyendo y viendo en los entrenamientos, es, va a ser, muy «marca» Luis Enrique.

-Lo suyo no es la revolución, tampoco la evolución, lo suyo es mandar, su voluntad de mando, su voluntad creativa– me dice quien bien le conoce.

Si a la vez que manda gobierna bien, alabado sea Luis Enrique.

Miércoles 5

Españolazo. Es verdad: no todo es fútbol, pero todo es fútbol a la hora de poner títulos gruesos, obesos, en los periódicos.

–Miguel– me dijo una vez con tristeza un atleta: qué poco contamos para los periódicos los deportistas de segunda o tercera serie en el barómetro de la popularidad.

Me culpa– me disculpe.

Toni Bou. Ha salido en los periódicos, pero no en letras sebosas orondas como el asilvestrado Torra, «vedette» a diario en los telediarios.

–En este país, para abrir los telediarios, tienes que ser un prófugo o un roedor de la unidad de España, como Puigdemont.

Toni Bou, 31 años, es otro español de sitial celeste. Nadal es el tenis y Toni Bou es el trial al aire libre y en pista abierta: ¡24 títulos mundiales!

–¡Qué orgullo de compatriota para los españoles, casi como el Cid y Agustina de Aragón!

Y que Cervantes, casi. El mejor piloto de la historia del trial, y cuyo objetivo, a pesar de sus lesiones, es seguir siendo el que es y lo que es.

–Lo mío– dice– es casi irreal.

Jueves 6

Rafa, Pedro. «Si será mala la política, que a la suegra se le llama mamá política». Repito, sí, otra vez la frase de Jardiel Poncela.

–¿Por qué?

–Es genial. Las cosas geniales hay que recordarlas de vez en cuando.

Para ser alguien en la vida y ser admirado como Rafa Nadal, hay que ser, obvio, como Rafa Nadal: rey, aunque Felipe VI siga sin concederle el Toisón de Oro, épico, imperial . Hoy, en los cinco continentes (lo he contrastado), se habla y escribe de él como si fuese un extraterrestre, un meteorito, un trozo de Luna.

–Un tío que pierde el primer set por 6-0 y acaba eliminando a su adversario es un dios del Olimpo de la vida. Me gustaría que Pedro Sánchez se mirase en el espejo de Nadal. La vida, también en el deporte de la política, exige mentes y glándulas como las de Nadal para que la gente como Puigdemont y Torra deje de chotearse de España y de los españoles.

Sí, señor presidente, sí. Hay que ser como Nadal.

Viernes 7

Expectación. Mucha expectación. ¿Cómo lo hará Luis Enrique en Wembley? ¿Quiénes jugarán? ¿Qué «morbo» de alineación ofrecerá? Wembley se le da a la selección como la Moncloa a Pedro Sánchez. mal. En la histórica catedral sólo ha ganado uno de los ocho partidos jugados. Luis Enrique, talante «poco simpático», tiene, sin embargo, personalidad y garra creativa. Suerte.