Golf

Rahm y el "menú de sidrería" que ha preparado con José Andrés para el Masters de Augusta

Del 11 al 14 de abril, el de Barrika defenderá su título en Augusta

Jon Rahm, en el Masters de Augusta
Jon Rahm, en el Masters de AugustaERIK S. LESSERAgencia EFE

Jon Rahm defenderá su chaqueta verde en el Masters de Augustadel 11 al 14 de abril. Pero antes de competir se celebrará la tradicional cena en el Augusta National Golf Course. El menú de la cena ha sido elaborado por el chef José Andrés y por el golfista de Barrika. Rahm no ha podido ocultar su procedente en la elección de los platos: anchoas, pimientos verdes de Guernica, lentejas, pinchos con trufa, huevos revueltos, ensalada de Txangurro, aceitunas, jamón, chorizo, lomo, chistorra, croquetas, chuletón, pescado blanco, milhojas de postre, todo acompañado por una selección especial de vino blanco y tinto que recuerda en algunos detalles a una sidrería del País Vasco.

"Llamé a José Andrés y en diez segundos me hizo el menú. Yo le dije 'mete esto', fue una llamada muy rápida y me dio el mejor consejo, 'haz el menú, haz la cena que tú quieras para ti mismo como si estuvieras en casa'", contó Rahm. "Y es lo que hice. Son cosas tradicionales. Son cosas que a mí me gustan. José tomó las riendas, no le voy a limitar en nada, pero sí que me dio ese consejo. Que no pensase en lo que va a gustar más, sino en lo que me gustaría a mí", agregó. Con tono de broma, Rahm avisó a los invitados de que el chuletón se debe comer "poco hecho" y que quienes lo pidan más cocinado recibirán "unas miradas raras". "Normalmente no tengo problemas hablando en público, pero la idea de levantarme y tener a todos mirándome y hablar a estos campeones, es un poco preocupante. No voy a preparar una charla, voy a ir con lo que me salga. Hablaré desde el corazón, y normalmente es lo que hace los mejores discursos. Un par de vasos de vino me ayudarán con esa charla", dijo al enfocarse en el discurso que dará en la cena.

Rahm también defendió que "hay formas de coexistir" entre el LIV y la PGA y que le gustaría ver "a los mejores golfistas competir contra los mejores", aunque destacó que es algo que depende de los directivos "de arriba". "Hasta ahora no he tenido ninguna mala experiencia, he visto jugadores de la PGA y asumo que habrá algunos que no están felices, pero si se trata de mi parte, nada cambia, respeto a ambos por los dos lados. El futuro en este punto depende de la gente arriba, hay una forma de coexistir, me gustaría ver a los mejores competir contra los mejores. Hay margen para el golf para ir a otro nivel y tener más seguimiento", dijo Rahm.

"En el fútbol tienes la liga española, la Premier League, la Serie A, y luego tienes las dos grandes copas europeas, y todos miran todo más allá de a quién apoyen. Hay una forma de dar un producto que es mejor para todos, no para mí, sino para los aficionados en general", prosiguió.

El vasco, que dejó a la PGA y pasó al LIV el pasado diciembre con un contrato millonario, aseguró posteriormente, en español, que una unión de los dos circuitos podría "elevar los dos 'tours'". "Hay grandes deportes que pueden convivir, creo que hay lugar para todo, suficientes aficionados para todos. Si con cierto mal rollo podemos competir, imagínate lo que puede ser si hay cierta unión, poder intentar elevar los dos 'tours', creo que sería bueno para todos", afirmó.

En el LIV, Rahm comenzó a competir con un formato distinto que incluye también el golf en equipo. "Creo que hay margen para el juego en equipo. Es divertido, en todos los deportes la gente apoya a los equipos más que a los jugadores, creo que hay espacio para el golf en equipo, e individual", destacó.

Rahm destacó que su objetivo no ha cambiado en los últimos meses y que sigue decidido a dejar un legado para las generaciones futuras, para que haya niños que quieran emular sus logros. Admitió que se le sigue poniendo la piel de gallina cuando piensa en su título de 2023 en Augusta, el torneo de más tradición del golf mundial. "Hay varios momentos, el tercer golpe en el 18, el ir al 'green' sabiendo que había ganado, es de lo más emotivo. La visita al vestuario de campeones es de lo que más emoción me atrae, es algo tan único el poder entrar como campeón a ese vestuario. Anteriormente había ido a verlo, a ver las taquillas, con el deseo de ser campeón, pero volver como campeón sabiendo que es mi vestuario para siempre es algo muy especial", subrayó. "La chaqueta verde la tengo en el armario, la veo, pero no creas que me la pongo a menudo. Al principio sí, pero luego no", añadió.