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Real Madrid, más desborde, más profundidad

En Madrid ya están todos entrenándose, también Marcelo e Isco, listos para jugar. El primero da regate, el segundo verticalidad a un Lopetegui necesitado.

Marcelo se está entrenando con normalidad y jugará contra el Levante
Marcelo se está entrenando con normalidad y jugará contra el Levantelarazon

En Madrid ya están todos entrenándose, también Marcelo e Isco, listos para jugar. El primero da regate, el segundo verticalidad a un Lopetegui necesitado.

En los 270 minutos de Liga que ha jugado Isco esta temporada, ha hecho 8 regates. Pueden parecer muchos o pocos, pero sólo hay un compañero de equipo que le supere: Marco Asensio, que suma 10, pero con casi 400 minutos más de juego. Quizá eso sirve para explicar algo de la monotonía del juego del Madrid antes de que la Liga se tomase un descanso.

Hay parones que cortan la racha de algunos equipos y que les sientan mal porque cambian su estado de ánimo y hay parones que, sin embargo, ayudan a reflexionar acerca de lo que se está haciendo y a recuperar a los jugadores que estaban tocados, que es lo que le ha sucedido al Real Madrid.

En esta última semana Lopetegui ha podido entrenar por fin con Marcelo e Isco, quizá las dos bajas que más ha notado su equipo en los peores días del entrenador al mando del banquillo blanco. Fue después de la derrota en Vitoria cuando Julen habló repetidamente de las lesiones para intentar explicar la crisis goleadora. El Madrid, sin desborde ni profundidad, volvió a ser un equipo plano, con mucha posesión que no condujo a ningún sitio. Y aunque el entrenador, hasta entonces, había evitado todas las excusas, consideró entonces que las ausencias le estaban afectando negativamente. Sin Isco, el jugador que más capacidad tiene para desbordar en el uno contra uno; y sin Marcelo, el lateral que abre el campo, unido a la baja de Carvajal, se había quedado sin sus mejores armas para cambiar el modo de jugar e intentar otras cosas cuando los partidos se torcían y el rival se encerraba. Así, sin sus jugadores más desequilibrantes, pese a dominar Los encuentros, no era capaz de hacer daño al rival de ninguna manera.

Marcelo lleva toda la semana ejercitándose con sus compañeros en igualdad de condiciones, recuperado ya de su lesión en el sóleo, mientras que Isco lo ha estado haciendo en los últimos días, olvidada ya la apendicitis. Por eso, en el Madrid empiezan a ver las cosas de otra manera. Con ellos en el campo, Lopetegui espera que el equipo sea capaz de aprovechar el desborde del andaluz para hacer daño por dentro y no morir al borde del área y que la capacidad de ataque de Marcelo abra al Madrid una vía para llegar hasta el final. Con Nacho, el equipo gana en seguridad defensiva, pero pierde presencia en ataque. Benzema, que terminó tocado también está preparado. Y con Bale se va a tener paciencia.

Sólo le va a faltar Carvajal, pero el entrenador vasco sabe que necesita una reacción para dejar de estar en el punto de mira porque la paciencia del club ha llegado a su límite. Durante estas dos semanas se ha salvado de la quema y ahora todo depende de su capacidad para recuperar la imagen del encuentro contra la Roma. Ése es el ejemplo que se pone constantemente del nivel que puede alcanzar el Real Madrid y cuanto más se aleja de ese modelo, más frustrante resulta para los aficionados.

El Levante este sábado es el primer paso y después el Viktoria Plzen, en la Champions, dos equipos que no tendrían que dar ningún problema a un Madrid en plenitud de facultades. Pero el equipo necesita, más que ganar, volver a recuperar la autoestima que se ha ido quedando en el camino tras cuatro encuentros sin goles y las dos citas siguientes van a dar la medida del equipo antes de llegar al Camp Nou el domingo 28 de octubre.

El plan inicial era que tanto Isco como Marcelo fueran teniendo minutos para llegar más o menos en plenitud al encuentro contra el Barcelona, pero el brasileño puede empezar desde el principio contra el Levante. Lopetegui tiene que elegir qué hace con Isco. Debe decidir si le da minutos o si es titular enseguida. Si le necesita ya, con urgencia, o si puede guardarse la carta para el Barcelona en lo que será mucho más que un clásico.