Atlético de Madrid

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Los goles de Morata guían al Atlético

El delantero sigue con su rutina y marcó los dos tantos en la victoria ante la Real Sociedad (0-2)

Álvaro Morata celebra con Antoine Griezmann su primer gol. EFE/Juan Herrero
Álvaro Morata celebra con Antoine Griezmann su primer gol. EFE/Juan Herrerolarazon

El delantero sigue con su rutina y marcó los dos tantos en la victoria ante la Real Sociedad (0-2)

Dos goles de cabeza, dos goles a pelota parada, dos goles de Morata. El delantero rojiblanco ha llegado para completar al Atlético, para que deje de ser un equipo que empieza en Oblak y termina en Griezmann. Y, de paso, ha ayudado a recuperar algunas costumbres que el equipo de Simeone había olvidado, como las jugadas de estrategia. Primero fue Lemar el que puso el córner y más tarde Koke el que lanzó la falta para que el Atlético fuera domando un partido que le había nacido torcido.

Morata es el gol que le faltaba al Atlético, el que no ha conseguido aportarle Diego Costa para que Griezmann dejara de sentirse solo. Ha marcado tres en los dos últimos partidos, después de que el VAR hubiera aparecido en su vida para estropear sus primeros días como rojiblanca. Morata marca, para eso le ha fichado el Atlético, y el equipo sigue aplicándose en la persecución al Barcelona.

La Real quiso apretar desde el comienzo para que el Atlético no pudiera elegir el ritmo del partido. Aunque con los rojiblancos nunca se sabe. Es el único equipo capaz de sentirse cómodo sin salir de su área. Para eso tiene a Giménez. Su figura crece cada vez más para compensar los años de Godín, aunque el capitán sigue siendo importante en las dos áreas. Suyo fue el cabezazo que sirvió de asistencia para que Morata marcara el primer gol.

Pero la Real perdió pronto a Willian José, que no pudo aguantar ni media hora sobre el césped. Se marchó lesionado y lo sustituyó Bautista. Pero el protagonismo en el ataque de la Real era para Sandro, especialmente en la segunda parte. El canario de la cantera del Barcelona partía desde la izquierda para complicar la vida a la defensa rojiblanca. Pero no era suficiente.

El Atlético creció con el paso de los minutos. Hasta que hizo su trabajo y volvió a dejar que la Real creciera. Perdió a Koke, expulsado por dos amarillas, igual que había perdido a Filipe Luis por precaución en el descanso, lo que obligó a Juanfran a cambiarse de costado en la defensa.

Pero el Atlético resiste siempre, con jugadores fuera de su sitio o con diez sobre el césped. Morata, después de decidir el partido, se marchó en el minuto 70 sustituido por Correa. El Atlético ya no quería remate. quería rapidez para salir al contraataque. Griezmann se quedaba de referencia. Y más solo cuando Koke fue expulsado. Pero no tenían nada que temer los rojiblancos. Cuando Giménez no para lo que viene de frente, siempre aparece una mano de Oblak. Pero ahora, además, el Atlético tiene a Morata, que ha encontrado su rutina. Y su rutina es marcar goles.