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Robert Kubica: A 300 con una mano

El piloto polaco regresa a la F-1 ocho años después de sufrir un accidente en un rally que casi le cuesta el brazo derecho. Es todo un ejemplo de superación

El polaco apenas tiene movilidad en la mano derecha, pero ha aprendido a ser zurdo y centra los esfuerzos en esta mano / Efe
El polaco apenas tiene movilidad en la mano derecha, pero ha aprendido a ser zurdo y centra los esfuerzos en esta mano / Efelarazon

El piloto polaco regresa a la F-1 ocho años después de sufrir un accidente en un rally que casi le cuesta el brazo derecho. Es todo un ejemplo de superación.

¿Cómo habríamos asimilado en España que Fernando Alonso, en plena ebullición durante sus primeros años en la Fórmula 1, hubiera sufrido una lesión que le impidiera lograr los hitos que consiguió posteriormente y frenara en seco su trayectoria? Es difícil de imaginar esta situación, pero eso fue lo que vivió toda Polonia en 2011 cuando su ídolo nacional y estrella de la F-1, Robert Kubica, tuvo que decir adiós después de tener un grave accidente de rally que le impidió continuar en la categoría reina del automovilismo cuando estaba destinado a ser campeón del mundo con Ferrari, equipo con el que ya tenía firmado un precontrato. Así se escribe la historia de un piloto polaco procedente de una modesta familia que esta semana, ocho años después de atravesar uno de los peores trances de su vida, vuelve a la máxima competición después de experimentar todo un «infierno» que hoy le convierte en un ejemplo de superación. A sus 34 años, Kubica es piloto titular de Williams F-1 para afrontar la temporada 2019 junto a George Russel, una de las promesas de este deporte que viene apadrinado por Mercedes. El polaco regresa después de recuperarse de un tremendo accidente que sufrió en 2011 en el Rally di Andora, Italia, cuando corría por diversión a los mandos de un Skoda Fabia S-2000. Una salida de pista «muy fea» acabó con un guardarrail dentro del habitáculo del coche (un accidente similar sufrió el español Jesús Pareja en Montreal en 1990 cuando una alcantarilla perforó el chasis y se introdujo en el interior sin daños para el piloto) y lesionó considerablemente el costado derecho de Kubica y redujo la movilidad de su mano. Fue tan complicado el accidente que los bomberos tardaron más de una hora en extraerle del coche y en ese tiempo Kubica perdió hasta dos litros de sangre. En aquel tiempo era piloto de Renault en la F-1 y un año después todo estaba preparado para que aterrizara en Ferrari. Sin embargo, la gravedad de sus lesiones le impidieron continuar. Desde entonces su objetivo fue volver a la competición y 20 operaciones después lo ha conseguido. Pero no ha sido fácil. Todo lo contrario.

Cuando todo el mundo lo daba por «muerto» muy pocos creyeron en él. Regresó a las carreras en el mundo de los rallys, pero sólo Renault le dio la oportunidad de demostrar que no estaba acabado en la Fórmula 1. Sus pruebas a los mandos del monoplaza francés confirmaron su estado de forma, y todo, a pesar de la escasa movilidad de su mano. El 70% del trabajo lo realiza con la mano izquierda y sólo el 30 con la derecha. De hecho, las principales funciones del volante han sido configuradas para hacerlas con la izquierda, incluido el cambio. Con la ayuda de Nico Rosberg (mánager durante un tiempo) y la influencia de amigos como Fernando Alonso, Kubica ha conseguido volver a la titularidad. La Formula 1 estaba en deuda con él y ahora vuelve para intentar triunfar.