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Roma- Real Madrid: La hora de Solari

Llega el primer momento complicado para el técnico, del que el club y la afición esperan decisiones hoy en Roma. «Si no defienden tres, no ganas a nadie», avisa.

Modric, Luca Zidane y Bale se entrenan en el césped del Olímpico de Roma ante la mirada atenta de Solari
Modric, Luca Zidane y Bale se entrenan en el césped del Olímpico de Roma ante la mirada atenta de Solarilarazon

Llega el primer momento complicado para el técnico, del que el club y la afición esperan decisiones hoy en Roma. «Si no defienden tres, no ganas a nadie», avisa.

Solari tiene hoy un día clave para parecerse más a Zidane que a Lopetegui. En su quinto partido le llegó la primera derrota al argentino, que por su época de jugador ya sabe que cada vez que el Madrid pierde se acaba el mundo. A Zizou el primer tropiezo le asaltó al noveno partido, en el Bernabéu ante el Atlético y jugando más bien regular. El caso de Lopetegui empezó más torcido, ya que en la Supercopa de Europa ante el Atlético ya inauguró el casillero de derrotas. Ante la Roma, precisamente, alcanzó Julen su mejor momento, para empezar a caer después de la goleada encajada en Sevilla. Un tres a cero como el de Ipurua, el sofocón del que Solari debe salir poniéndose a los mandos. Hasta ahora había trabajado en la parte anímica del vestuario, dando esa confianza que los futbolistas agradecen, especialmente cuando viene de uno que se calzó las botas de tacos en el club blanco antes que ellos. Con el ex centrocampista volvieron la sonrisa, la actitud y hasta esa pizca de suerte que había faltado. Las cuatro victorias seguidas le hicieron merecedor de un contrato hasta 2021, pero con la tinta de la firma todavía fresca se encuentra con un primer momento complicado, esos en los que el madridismo vuelve la cabeza al banquillo esperando una reacción.

Defiende a sus jugadores ante las cámaras y mantiene en la intimidad lo que se han dicho unos y otros cara a cara después de los tres goles recibidos ante el Eibar, pero también asegura que la responsabilidad colectiva no existe y que es la de cada uno la que cuenta para que la cosa funcione. «No todo tiene que ver con la actitud, pero la responsabilidad siempre cae sobre el individuo, en el fútbol y en la vida. La responsabilidad en el colectivo no sirve para nada. Podemos decir que defendemos todos o que atacamos todos, pero si dos no defienden somos más débiles y si son tres los que no lo hacen no le puedes ganar a nadie», aseguró. Una frase que al pronunciarla podría estar pensando en la actuación de algunos futbolistas en el último partido.

No es Solari un técnico de grandes volantazos, pero sí que es consciente de que urge cambiar radicalmente la imagen para que no se entre en una inercia peligrosa. Por eso es posible que toque la alineación y que busque garantizarse que todos ataquen y defiendan como deben. Lucas Vázquez lo había jugado casi todo en los partidos anteriores y no apareció por Ipurua. Él podría volver a ocupar la banda derecha y abrir bien el campo en ataque, justo una de las modificaciones que se le alabaron a Solari en la racha de cuatro triunfos.

La aparición de Lucas suele suponer la reubicación de Bale en la izquierda, indiscutiblemente la zona del campo en la que mejor rinde el galés, por mucho que él mismo se empeñe en partir del otro lado para tener más rango de disparo a puerta. Necesita el Real Madrid, y Solari, recuperar la mejor versión del galés, que está agotando las reservas de paciencia de la zona noble y de la grada del Bernabéu. Era el futbolista destinado a convertirse en líder tras la marcha de Cristiano, pero su buen comienzo se ha ido diluyendo según avanza el curso. Ayer entró en el Olímpico de Roma caminando solo desde el autobús, con la mochila a la espalda, los auriculares puestos y sin hablar con nadie. Solari le ha dado muchos minutos, todos esos que el galés reclamó en Kiev para seguir vestido de blanco, pero no los está aprovechando. Precisamente en Champions ha marcado su único gol desde que hubo cambio en el banquillo y ante la Roma, en el partido de ida, firmó una de esas cabalgadas que le hacen distinto a la mayoría.

Sin Casemiro, podría ser Isco el que tuviera por fin su oportunidad con el nuevo cuerpo técnico. No le concede ni un solo guiño Solari al malagueño, por el que le preguntan mucho y del que se limita a decir que entrena como el resto y es uno más de los 21 disponibles. Él abrió de falta la goleada en la ida y podría disfrutar hoy de esa oportunidad que ha tenido Asensio últimamente. En ese caso sería Kroos el que haría de centrocampista más defensivo y serían Isco y Modric los que se encargarían de la fluidez en la salida de balón, en una noche en la que el Madrid espera una presión alta como la que se encontró en Eibar.

Carvajal será el lateral derecho, una buena noticia por su personalidad y profundidad en ataque. Es uno de los pesos pesados del vestuario y ayer avisó de que «es un momento para hablar poco y hacer mucho sobre el césped», en un día en el que ni el Real Madrid ni Solari quieren complicarse el futuro.