Sergio Ramos, ante el Real Madrid una vida después

Era un partido poco importante en el que ni el Real Madrid, con Vanderley Luxemburgo en el banquillo, tenía opciones de dar caza al Barcelona ni el Sevilla de Joaquín Caparrós, que concluía su lustro de mandato, creía ya en sus opciones de ser cuarto y clasificarse para la Champions, objetivo que le birló el Betis. En esa antepenúltima jornada, la temporada estaba amortizada en el Sánchez-Pizjuán, pero para el modesto club que había empezado el siglo en Segunda y con telarañas en la caja de caudales, medirse con los Galácticos suponía una gran motivación.

Casillas, Roberto Carlos, Zidane, Raúl, Ronaldo, Beckham y Owen fueron titulares en los visitantes; Figo salió en la segunda parte. Hacían los ojos chiribitas ante el brillo de tantas estrellas, pero el protagonismo inicial fue para un mocoso de 18 años que, al cuarto de hora, se perfiló para lanzar una falta desde treinta metros y la clavó en toda la escuadra. Abrió Sergio Ramos, de forma espectacular, el marcador de un encuentro que terminó 2-2... y le entró por el ojo a Florentino Pérez, que lo fichaba tres meses después por 28 millones de euros, uno más de lo que marcaba su cláusula de rescisión.

Fue el segundo y último, hasta ahora, partido que ha enfrentado al crack de Camas contra el equipo en el que militó durante dieciséis temporadas. Sergio Ramos está invicto contra el Real Madrid, ya que en esa misma temporada 04/05, en vísperas de Navidad, un gol de Julio Baptista había decantado por la mínima el partido de ida, tras el que fue destituido Bernd Schuster. Los merengues y su defensor más legendario se verán las caras por tercera vez.

Sergio Ramos fichó por el Sevilla el 5 de septiembre, sin importar que el mercado estuviera ya cerrado por su condición de futbolista en paro. Desde entonces, ha jugado cuatro partidos de los que el Sevilla sólo ganó el primero ante Las Palmas –ha cosechado además dos empates en Champions y una derrota contra el Barcelona en Liga– y ha aparecido en alguna foto embarazosa, como el autogol decisivo que se marcó en Montjuïc o el penalti y la falta que facilitaron los goles del PSV en Eindhoven. ¿Significa esto que el camero no está jugando bien? No. Significa que ha protagonizado algún infortunio que ha pagado caro un equipo al que le está costando un mundo sacar buenos resultados.

Sergio Ramos no ha hablado públicamente durante este parón, aunque su entorno sí ha filtrado que aguarda este duelo frente al Madrid con el apetito de un león enjaulado. Su madridismo es incuestionable, pero también sabe que los blancos son el rival –Betis aparte– que más excita a la hinchada sevillista... que lleva padeciendo una racha de cuatro años consecutivos perdiendo en casa contra el Real.

Para cambiar la racha, Diego Alonso, sustituto de José Luis Mendilibar, debutará como entrenador del Sevilla y es posible que lo haga con una defensa de tres centrales: Marcao, Sergio Ramos y Badé.