Real Madrid
Sin gol, sin aire, sin Liga
El Madrid se ha caído cuando nadie lo esperaba después de los cinco títulos. Todo lo que podía ir mal ha ido mal en el conjunto de Zidane
El Madrid se ha caído cuando nadie lo esperaba después de los cinco títulos. Todo lo que podía ir mal ha ido mal en el conjunto de Zidane.
Todo lo que podía ir mal en el Real Madrid se ha juntado en esta temporada. Después de acabar con los títulos de Champions y Liga la pasada campaña y después de empezar a un ritmo envidiable ésta con los títulos en agosto, nada ha ido en el sentido que debía.
Cristiano, sin gol
En su primera temporada en el Madrid, en la última jornada de la primera vuelta, Ronaldo «sólo» llevaba 7 goles en Liga. Era su primer año, se lesionó, fue expulsado varias veces y de los 19 primeros encuentros del campeonato, sólo jugó 11. Fue una pequeña adaptación. Después, fue un ciclón. 22 goles llevaba en la jornada 19 de su segunda campaña. Hubo un año que llegó a mitad de campeonato con 26 tantos marcados, una cifra descomunal. Y siempre se había mantenido por encima de los 10, una costumbre que sólo pueden mantener los elegidos. Este fin de semana se cierra la primera vuelta y Ronaldo lo hace con cuatro goles.
Baja forma física
Cuando el encuentro del sábado llegó al descanso en el Bernabéu se empezaron a temer lo peor. Las segundas partes le pesan al Madrid, que se queda sin fuerzas. Contra el Barcelona, después de un primer tiempo de presión y superior al rival, llegó una segunda mitad desastrosa. En Vigo, tras unos cuarenta y cinco minutos en los que con dos goles de Bale remontaron al Celta, tras el descanso el equipo se echó atrás y no aguantó el resultado. En la vuelta contra el Numancia, Zidane reconoció que a su equipo le había faltado gasolina. Y contra el Villarreal, el Madrid tuvo ocasiones para ganar antes de llegar al ecuador del choque y lo perdió cuando se disputaban los últimos minutos.
Isco y Asensio, sin luz
Dos de los grandes protagonistas de los éxitos de hace sólo cuatro meses fueron Isco y Asensio. El primero redondeó una temporada tan estupenda que fue imposible no considerarlo titular cuando comenzó ésta. Era un futbolista con una técnica por encima del resto y con una convicción en lo que hacía que le había transformado. Era un jugador decisivo, no uno de brillantes momentos. Era como si hubiera madurado. Cuando el Real Madrid tuvo que buscar ya casi a la desesperada el gol que le diera la victoria contra el Villarreal, Zinedine Zidane quitó a Isco y nadie lo echó de menos. Desesperado porque las cosas no salen, se aleja del área y la circulación de balón no es más fluida cuando pasa por él.
Si, por ahora, la magia de Isco está en suspenso, la progresión de Asensio se ha detenido. Iba a ser el año en el que iba a romper y sin confianza, con menos minutos de los esperados y lejos de la espectacularidad de otra veces, no pasa de ser un jugador más, no el que iba a liderar el futuro blanco. En el club son pacientes, saben que para nada el momento colectivo ayuda a la progresión individual y confían en que los dos vuelvan por donde solían. También puede suceder que un día Zidane decida que tienen que jugar juntos.
Segundas partes
Si los partidos durasen sólo 45 minutos la situación sería muy diferente, el Real Madrid sería líder y sacaría tres puntos al Barça (39-36). Además, puede que la conquista de la pasada Liga haya saciado el hambre de los futbolistas del Real Madrid. No es fácil mantener la concentración tanto tiempo y puede que la Liga se les esté haciendo demasiado larga a los hombres de Zizou. El año pasado, con las rotaciones en la segunda vuelta, el primer equipo pude descansar, mientras esa segunda unidad iba sacando los partidos en salidas a lugares como La Coruña o Gijón. Todo funcionó. Ahora, los suplentes no ofrecen soluciones en Liga y tampoco en Copa.
Segunda unidad
El plan era que los jóvenes ayudasen a los jugadores consagrados y las rotaciones fuesen tan útiles como la temporada pasada. Pero les ha pesado la responsabilidad o es que aún no están maduros para competir en este Real Madrid. Ceballos, Theo o Llorente no han dado el salto adelante que se esperaba.
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