Solari se hace gigante ante Simeone

Llegó al banquillo del Real Madrid con el cartel de interino y las sospechas que levantan aquellos que llegan desde el Castilla. Le sucedió a Zidane, al que en cada mal resultado le recordaban que no había sido capaz de ganar en La Roda antes de ser reclamado por el primer equipo. Una broma que con el tiempo y las Champions perdió la gracia y que de alguna manera ha tenido que aguantar también Solari. Los que siempre ganan, reclamaban un entrenador con más experiencia, de esos que firman el contrato con la derecha y llevan el látigo en la izquierda para poner firmes a los jugadores que no trabajan. El argentino llegó con buenas palabras, mucho madridismo y, visto lo visto, con conocimiento de lo que tenía entre manos. El interino que venía para un rato ya ha firmado un contrato largo con el Real Madrid y el equipo, tres meses y algo después, vuela... en el Camp Nou y en el Wanda, donde Solari se ha doctorado ante el equipo más rocoso y frente al todopoderoso Simeone, se supone que uno de los mejores estrategas del mundo.

Su Madrid, el de Solari, entendió perfectamente el derbi y lo ganó en todos lados: peleó, se remangó, marcó el ritmo y acertó cuando fue necesario, firmando una actuación completísima y que da continuidad a lo que viene haciendo últimamente. El míster, lo primero que hizo al ponerse ante los micrófonos fue darle el mérito a los futbolistas, a los suyos, y presumió de que juegan y trabajan cada día como un equipo. El grupo se está imponiendo al ruido que genera la suplencia de Isco y eso son buenas noticias incluso para el malagueño, que todavía está a tiempo de ser parte importante de lo que queda de temporada. Porque habrá minutos para todos si están enchufados como los quiere Solari, un técnico al que señalaban como interino y que dio un golpe de efecto en el Metropolitano, en la guarida de Simeone.