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Real Madrid

Subidos a la ola

El Real Madrid comienza en Wolfsburgo los cuartos de final de la «Champions» y lo hace en el mejor momento de la temporada, seguro de lo que hace.

Subidos a la ola
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El Real Madrid comienza en Wolfsburgo los cuartos de final de la «Champions» y lo hace en el mejor momento de la temporada, seguro de lo que hace.

Los surfistas nunca saben cuándo va a llegar la ola buena, ésa que esperan durante horas y días en la playa, a la que hay que subirse y aprovechar y porque no es seguro que vaya a volver o que vaya a haber otra. «Ganar en el Camp Nou nos hace estar muy contentos. No es fácil ganar ahí y es bueno para la moral. Antes del partido ya decía yo que estábamos en un momento bueno. Ahora hay que seguir porque viene lo más difícil. Hemos ganado un partido complicado y va a seguir siendo complicado», explicaba ayer Zidane, que sabe que al Madrid le ha llegado el momento y hay que estirarlo de aquí al final de mayo, cuando se disputa la final de la «Champions».

Porque por primera vez es un entusiasmo con motivos, fundado en un par de partidos buenos frente a rivales potentes. Hasta estas dos victorias consecutivas en Liga, el Madrid había sumado muchas goleadas y varias fases de la temporada con victorias holgadas, pero en cuanto llegaba un partido de verdad, el equipo se deshacía. El mejor momento fue cuando ganó al Athletic en San Mamés y luego al Celta en Balaídos. Parecía entonces que Benítez había encontrado la llave. Resultó que fue una ilusión pasajera, que fueron dos iluminaciones, no una constante.

Con Zidane, al llegar, sucedió algo parecido. Cambió el ánimo, aprovechó un calendario favorable y se pensó que había dado con lo que se necesitaba. Pero tampoco era el momento del Madrid: respondía más al entusiasmo de las primeros instantes que a una realidad.

Ha sido el Camp Nou, precedido por la victoria alegre contra el Sevilla, el que ha confirmado que esta vez, la buena racha va en serio. No había peor rival que el Barcelona para el Madrid y encontró las respuestas que llevaba buscando durante la temporada. Esta vez parece que es para quedarse, que no es algo pasajero. «La idea nuestra es pensar en el partido de Champions, estamos bien, acabamos de ganar. Estamos en buen momento, hay que seguir esta línea, es otro partido difícil y lo vamos a preparar bien. Todos los que estamos en esta fase somos favoritos, cada partido es importante. Son finales. En el fútbol, si te relajas, lo pagarás caro. Hay que estar concentrados en lo que tenemos que hacer, estamos en un buen momento», continuaba Zidane.

La Champions era la salvación del Madrid esta temporada, pero se miraba con cierto descreimiento porque parecía que el equipo no daba el nivel. Ahora es uno de los rivales que todos temen, como ha sucedido toda la vida. «Creo que si estamos disputando el campeonato tenemos opciones de ganar. Pero creo que el partido del sábado ya pasó. Después de aquel partido estábamos pensando ya en el siguiente. Ya hemos conectado en la Champions», decía Marcelo.

El Wolfsburgo es la víctima. No podía llegarle el Madrid en el peor momento. Es inferior y se sabe inferior, pero hasta hace tres días pensaba que podría tener alguna oportunidad si aprovechaba las debilidades, las angustias del Madrid de Zidane. El de antes, el que esperaba esta ola.