Euroliga

Tavares y la mitología del Real Madrid

Olympiacos-Real Madrid o cuando la historia debe cambiar. El líder de la primera fase nunca ha sido campeón con el actual formato y el ganador de una semifinal española, tampoco

Sloukas y Tavares, con el trofeo de campeón de la Euroliga
Sloukas y Tavares, con el trofeo de campeón de la EuroligaEnric FontcubertaAgencia EFE

Las ocho primeras Copas de Europa del Real Madrid están marcadas por la presencia de pívots que hicieron historia en el club blanco. Clifford Luyk, el madrileño de Syracuse, fue protagonista en las seis primeras (1964, 1965, 1967, 1968, 1974 y 1978). En la Séptima (1980) ante el Maccabi otro hombre grande adelantado a su tiempo, Rafael Rullán, fue el héroe con 27 puntos. La Octava siempre estará ligada al apellido Sabonis, uno de los mitos que estos días se pasea por el Zalgirio Arena. Las dos últimas llegaron ligadas a los «bajitos» –Carroll, Nocioni y Doncic– y el asalto a la Undécima llega con un nombre propio, Edy Tavares.

El pívot de Cabo Verde (22-3-1992, Maio) lo condiciona todo en la final. En su equipo y en el Olympiacos. Como sucedió en la eliminatoria con el Partizán y como se vivió en la semifinal ante el Barça. Después de ser elegido por tercera vez Mejor Defensor de la Euroliga, sus números son reveladores. En los cuatro partidos a todo o nada que ha jugado el Madrid en Europa en las dos últimas semanas, Edy promedia 18,2 puntos con un 70 por ciento de tiros de campo, 10 rebotes, 2,2 tapones y 31,5 de valoración. Como si se apellidara Sabonis.

La batería de hombres altos del Barça fue arrasada en el tramo final del partido. Sin molestias físicas y sin problemas de faltas, el impacto de Tavares hasta ahora ha sido incontenible. En la final se va a encontrar con un jugador de su tamaño y edad, Moustapha Fall. El gigante francés fue una pesadilla para el Mónaco en semifinales. En los dos duelos de la primera fase con el Madrid, que por cierto ganó Olympiacos (73-60 y 87-89), promedió 5 puntos y 4,5 rebotes. Él será el encargado de rebajar el peso de Tavares en el partido. Black y Bolomboy tendrán una labor más de desgaste. «Me siento cómodo enfrentándome a jugadores de mi tamaño como Fall», asegura Tavares.

La final acabará con una de las tradiciones que marcan a los dos finalistas. El Olympiacos fue el mejor equipo de la primera fase (24 victorias por 23 de Barça y Madrid) y con el actual formato nunca el líder de la temporada regular se ha proclamado campeón. Tampoco lo ha hecho el equipo español que ha salido vencedor del Clásico en semifinales.

Si Tavares es poco menos que el principio y el fin en el Real Madrid, ese papel en el Olympiacos corresponde al ex azulgrana Vezenkov. Llegó en 2018 al Pireo procedente del Palau y hace tres días ha sido elegido MVP de la primera fase. El Madrid sabe cómo manejar a la estrella rival que ocupa la misma posición que Niko Mirotic. Las consabidas bajas de Deck, Yabusele y Poirier pueden llevar a Chus Mateo a repetir experiencia con el canterano Ndiaye. Frenó a Leday en el quinto partido ante Partizán, desquició a Mirotic en la semifinal y ahora llega el búlgaro. Más trabajo también para Mario Hezonja, que en las últimas semanas se ha revelado como un defensor más que competente y un reboteador notable.

«El Olympiacos es una máquina de hacer baloncesto. Es un equipo muy sólido, se conocen muy bien porque llevan mucho tiempo jugando juntos y son gente muy competitiva y de mucho carácter como Sloukas o Papanikolau, que saben afrontar muy bien este tipo de partidos», afirmó Chus Mateo. «Tenemos mucha fe en nuestro trabajo, pero también tenemos un enorme respeto por el Real Madrid y por Chus Mateo», aseguró Bartzokas.

Los griegos tendrán otra arma en Kaunas y es que el Zalgirio Arena será lo más parecido a una sucursal báltica del Palacio de la Paz y la Amistad. Se esperan unos 7.000 hinchas griegos.