Tavares, el termómetro del Madrid

En Valdebebas, en los despachos de las sección de baloncesto del Real Madrid, la única preocupación en la mañana del 13 de enero era si Tavares iba a llegar en condiciones a la Copa del Rey de Málaga. El día anterior, después de la quinta prórroga en menos de una semana, el pívot se había lesionado el ligamento lateral externo del tobillo derecho. Reapareció a tiempo. Lo hizo la semana pasada en Milán (8 puntos y 4 rebotes en 21:42 con derrota incluida) y dispuso de otros 27 minutos en la victoria de Lugo (13 puntos y 6 rebotes). En los cuartos ante el UCAM Murcia no se hizo notar (6 puntos y 6 rebotes en 19:58). «Edy impone mucho en defensa y puede sumar también mucho en ataque», comentó Campazzo a LA RAZÓN. Eso es el Edy antes de lesión y al que espera recuperar el Madrid en el fin de semana en el Carpena.

Su ausencia en nueve partidos se ha saldado con seis victorias y tres derrotas (Murcia, Gran Canaria y Mónaco), casi las mismas que había acumulado en todo lo que iba de temporada (4). En semifinales espera un rival, el Valencia Basket, que hace del físico uno de sus argumentos principales. Esta temporada ya se han medido dos veces y en ambos casos la victoria fue para el Madrid: 83-74 en ACB y 96-86 en Euroliga con prórroga incluida.

«Llegamos bien a la Copa. Toda la gente está recuperada y tenemos el equipo al completo que es la mejor manera de afrontar estos partidos. Espero que sigamos todos sanos», comenta Deck, uno de los más destacados en cuartos. Uno de los problemas que tuvo el Real Madrid ante el UCAM Murcia fue el rebote ofensivo. «Nos han hecho mucho daño», resaltó Chus Mateo. Y ahí es donde el equipo confía en recuperar la presencia de Tavares. «Hemos identificado dónde podemos mejorar», comentó el técnico.

Tavares está en un momento crítico de su carrera. Convertido en el jugador interior más determinante de Europa, en junio termina su contrato con el Real Madrid y las negociaciones están en punto muerto. Él está encantado en el club y su familia, en Madrid, pero... las ofertas de algunos clubes de la Euroliga le convertirían en el jugador mejor pagado de Europa y con 31 años estaría ante la última, y también segunda, oportunidad de probar la aventura en la NBA. Si por los compañeros y el cuerpo técnico fuera estaría renovado hace meses.