Copa Davis
Feliciano López, 40 años, 18 al servicio de España en la Davis, logra el primer punto ante Ecuador
El toledano venció a Roberto Quiroz por 6-3 y 6-3
“Ataca”, le pedía Sergi Bruguera a Feliciano López. Y Feli atacó a Roberto Quiroz para derrotarlo por 6-3 y 6-3 y dar a España el primer punto en la eliminatoria contra Ecuador en la fase de grupos de la Copa Davis. Un torneo que ha empezado del revés para el equipo que dirige Sergi Bruguera. Bueno, en realidad antes de comenzar ya fue mal por la baja de Nadal, pero una vez en Madrid, con el equipo preparándose ya, primero Bautista por una rotura abdominal y después Carlos Alcaraz por covid se cayeron. Demasiadas desgracias.
Pero Feliciano López estaba preparado para los que fuera, a sus 40 años, 18 de ellos al servicio de España en la Copa Davis, con alguna eliminatoria memorable como la final contra Argentina en Mar del Plata. Su rival era el 291 del mundo, pero es que el toledano, que está apurando su carrera, también ha caído del “top 100″, (es el 106). Le encantan, pese a todo, estos retos, estos partidos y aunque estaba en el torneo fundamentalmente para el dobles, las bajas le llevaron al individual y cumplió. El “ataca” de Bruguera estaba claro: este duelo se tenía que ganar en la red, territorio donde Feli se mueve como pocos. Es un tenista a la antigua usanza: revés cortadito, saque y a terminar los puntos delante. Aunque, en el segundo set, y para los breaks, tiró de revés liftado para superar las subidas de su rival, que jugaba de forma parecida al español.
Comenzó nervioso Feliciano, quizá porque no sólo es importante ganar, sino hacerlo perdiendo los menores sets posibles, teniendo en cuenta que Rusia es el otro rival del grupo, y son muy favoritos, y que pasan a los cuartos de final los dos mejores segundos de los seis grupos que disputan esta fase final de la Davis. Empezó con una doble falta y un 0-40, pero no tardó en salir de ese primer apuro gracias a su servicio. ¿Qué más da la edad? Feli es un sacador magnífico y el marcador de velocidad del Madrid Arena estaba por encima de los 200 kilómetros hora constantemente, hasta un máximo de 226.
Con su saque salvó los momentos delicados, las pelotas de break, que las hubo, porque Quiroz forzó a su rival más de lo que señala el marcador. Llegó al 40-40 muchas veces, pero no pasó de ahí. Le apuró en momentos delicados como el octavo juego del segundo set, en el que Feliciano cometió tres dobles faltas. Pero al final el saque, la mano que tiene el toledano en la red... Siempre salió de los problemas, constantemente autoanimándose (también lo hacía la grada), sacando el puño, mirando al banquillo, buscando la aprobación de Bruguera, hasta que la última derecha paralela superó la subida del ecuatoriano. Así cerró el partido. Tiró la raqueta al suelo y por fin respiró.
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