Tenis

El show de Kyrgios no frena a Medvedev

El número dos del mundo pasó un mal rato ante el tenista más polémico del circuito (7-6 [7/1], 6-4, 4-6 y 6-2), que cuando juega serio es un rival de cuidado y que dejó golpes increíbles

El tenista australiano Nick Kyrgios.
El tenista australiano Nick Kyrgios.Hamish BlairAgencia AP

Muchos aficionados al tenis se hacen la misma pregunta: ¿qué hubiera sido, o qué sería (tiene sólo 26 años) de Kyrgios si se centrara en el tenis, si tuviera la dedicación y constancia de otros grandes campeones? No parece que vaya a tener respuesta porque Kyrgios es Kyrgios con todas sus consecuencias. Kyrgios es el mucha veces el maleducado, el polémico, el que pega un trago de la cerveza de un espectador, el que no se corta cuando saca la lengua a pesear... Pero también es un jugador temible para cualquiera, sobre todo cuando el show que monta en la pista no le pasa por encima. Encontrárselo en la segunda ronda de un Grand Slam es un marrón para los mejores tenistas del circuito. Tiene un saque inmenso y aunque su estilo no es lo más estético del mundo, con un revés que pega así como estirado y planísimo, y una derecha poco ortodoxa, puede sacar de sitio a cualquiera, con tiros improvisados, dejadas imposibles, golpes por debajo de las piernas... A todo eso tuvo que hacer frente Daniil Medvedev, número dos del mundo y máximo favorito en el Open de Australia ante la ausencia de Djokovic, y salió victorioso por (7-6 [7/1], 6-4, 4-6 y 6-2). Puede ser un torneo muy importante para el ruso, que aparte de su segundo Grande podría asaltar al número uno del mundo.

Terminó un poco enfadado Medvedev con el público, pero es que la locura de Kyrgios es contagiosa para las gradas, que apoyaron con todo al tenista local, e incluso con sonidos y ruidos en medio del punto que es lo que realmente le molestó. Pero es que mediado el tercer set la actuación de Kyrgios llegó a su punto más alto con puntos que sólo él sabe hacer, y celebraciones excesivas, como cuando se generó dos bolas de break con 3-3 con una volea en carrera después de correr a por una dejada, y no paró porque dio la vuelta a la pista como loco hasta llegar a la toalla.

Saques por abajo, puntos que terminó ganando después de recuperar bolas de espalda por debajo de las piernas... Estaba en su salsa el australiano, que no se dejó desequilibrar ni por una discusión que tuvo con el juez de línea. Ganó ese tercer set y por un momento pensó en dar la sorpresa. Pero no es Medvedev un tenista que precisamente se ponga demasiado nervioso.

Se tomó un descanso el ruso, se fue al vestuario a cambiarse de ropa y al regresar recuperó la serenidad para imponer su tenis machacón y consistente. Con un puñado de restos espectaculares desactivó el servicio de Kyrgios y sus subidas a la red. Su próximo rival será el neerlandés Van de Zandschulp.