Open de Australia
La emocionante confesión de Rafa después de conseguir un imposible
“Hace un mes y medio no sabía si iba a poder volver a jugar al tenis, ahora estoy lleno de energía para intentar volver al Abierto de Australia el año que viene”, reconocía el de Manacor
La única prueba de que Rafa Nadal es humano fue su emoción durante la ceremonia de coronación sobre la Rod Laver Arena. Una vez que había conseguido lo imposible, darle la vuelta a un partido que parecía perdido y derrotar a la roca Medvedev para convertirse el único tenista de la historia con 21 títulos de Grand Slam. Fue después, cuando comenzaron los discursos de la organización y la entrega de trofeos cuando el de Manacor se dejó llevar por las emociones aunque estaba agotado.
Ya había vuelto a encontrarse con Medvedev después de la batalla y los dos comentaron entre risas el monumento que acababan de protagonizar durante más de cinco horas. Un esfuerzo brutal que obligó a Nadal a pedir una silla y una botella de agua para poder seguir los discursos de organizadores y patrocinadores del Abierto de Australia.
Primero habló Medvedev, que dijo que Nadal no estaba acabado y le felicitó por haber alcanzado los 21 títulos. Bromeó con que también estaba un poco cansado y que también estuvo cerca de conseguir ese título. Se tomó con deportividad la derrota. “Quizá alguno de mis fans ha roto la tele hoy, pero les agradezco el apoyo”, comentaba el ruso. Nadal escuchaba el discurso de su rival sentado y aplaudiendo.
Le tocaba el turno a Rafa, que bebió agua y recibió el trofeo, que levantó al cielo de Melbourne visiblemente emocionado. “Buenas noches, o buenos días a todos. Sé que es un momento duro para Medvedev, he estado en esa situación otras veces, pero felicidades y estoy seguro que vas a ganar este torneo en el futuro más de una vez. Uno de los partidos más emocionantes de toda mi carrera, es un honor compartir pista contigo”.
Una recuperación increíble
“Un mes y medio antes no sabía si iba a poder estar aquí y ahora tengo este trofeo entre mis manos. Gracias por el apoyo, ha sido fantástico. Lo recordaré para siempre. No puedo agradecer suficiente a todo mi equipo, mi familia, los que están aquí y los que no. Sé cómo de duro ha sido este último año y medio, me habéis apoyado en los momentos bajos, sin vosotros no hubiera sido posible, así que muchísimas gracias. Ahora estoy lleno de energía y voy a intentar volver el año que viene, aunque hace poco no sabía si iba poder volver a jugar”, continuaba Rafa Nadal ante una grada totalmente entregada a pesar de que ya estaba bien entrada la madrugada en Melbourne.
Hasta una vuelta de honor dio el de Manacor por la Rod Laver Arena, después de abrazarse con todo su equipo, que estaba en el palco, y especialmente con su padre, con el que se fundió en un abrazo y un beso realmente enternecedores. Unos minutos después se encontraron todos en el vestuario, y Rafa se tumbó en el suelo nada más llegar, porque estaba totalmente agotado.
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