Roland Garros
Las pesimistas primeras palabras de Zverev después de lesionarse ante Nadal
El alemán tuvo que retirarse de una semifinal de Roland Garros que llevaba más de tres horas y no se habían disputado ni dos sets
Los gritos de Zverev fueron sobrecogedores. El tobillo derecho se le dobló después de dar un golpe de derecha y no hubo nada que hacer. Se fue de la pista Philippe Chatrier en silla de ruedas y volvió en muletas para confirmar lo que estaba claro: no podía seguir. Se retiró cuando el partido iba 7-6 (10/8) y 6-6 a favor del español. Llevaban ya tres horas y 13 minutos jugando, con algunos puntos memorables como uno en el que llegó a hacer 45 golpes. Un día después, Zverev habló por primera vez.
Con gesto serio, el tenista alemán asegura: “Parece que la lesión es muy grave, pero el equipo médico y los doctores todavía lo están mirando. Os mantendré informados, os haré saber cuando sepamos más”, asegura. Parece que la torcedura, el esguince que tenía pinta de haberse producido, es importante. Lo intentó todo para volver a la pista. Se fue a los vestuarios y todas las pruebas que le hicieron no sirvieron para nada porque era imposible que continuara.
En el vestuario Nadal confesó que vio llorar a Zverev y eso “fue muy duro”. El alemán perseguía su segunda final de Grand Slam, después de la de 2020 contra Thiem en el US Open, que el austriaco venció tras remontar dos sets en contra. Además, en caso de haber salido vencedor en París se hubiera convertido en el nuevo número uno del mundo. Después de haber ganado 19 torneos, cinco de ellos de categoría Masters 1.000 y una Copa de Maestros, le falta dar el salto en los Grand Slams. Rafa no dudó en señalar que lo va a conseguir pronto por el nivel de tenis que está mostrando. El español intentó consolar a su rival en pista, se dieron un sentido abrazo y Zverev se marchó dando las gracias a los aplausos del público levantando las muletas.
Un año complicado
El actual número tres del mundo confesó al principio del torneo que había pasado por una depresión, aunque no le gustaba mucho hablar de ello públicamente. Su padre, que es su entrenador, tiene problemas de salud y estuvo unos meses sin preparador. Entonces llamó a Sergi Bruguera, el tercer técnico español que tiene después de haber estado con Juan Carlos Ferrero y David Ferrer. Dada la cercanía de Wimbledon (27 de junio-10 de julio), habrá que esperar para saber si el gigante germano puede pisar la hierba de Londres en una edición que se prevé rara porque no van a dejar jugar a los tenistas rusos y bielorrusos por la guerra en Ucrania y porque no se van a repartir puntos.
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