Tenis

Nadal contra Ruud, final de Roland Garros: “Es su ídolo, pero saldrá a ganar”

El noruego es el último obstáculo entre Rafa y su décimo cuarta Copa de los Mosqueteros. Entrena en la academia de Manacor. Pedro Clar, uno de sus técnicos, analiza la final

Cuando Rafa Nadal ganó su primer Roland Garros en 2005 Casper Ruud tenía seis años. Ya sabía lo que era una raqueta y una pista de tenis, porque su padre, Christian Ruud, había sido profesional, llegó a ser el 39 del mundo y tenían una cancha en el patio. En ese momento, el pequeño Casper todavía no soñaba con poder jugar algún día contra el balear, y menos con hacerlo en una final de Roland Garros. Eso llegaría con el tiempo, según iba creciendo, viendo en el zurdo a un ídolo y también a Federer y a Djokovic. Con los años, Ruud pasó de la admiración a tenerlos como rivales y el salto definitivo para subir el nivel fue ir en septiembre de 2018 a la Rafa Nadal Academy.

Casper era en ese momento el 143 del mundo y el próximo lunes será el seis. «La evolución que ha tenido ha sido extraordinaria», explica el tío Toni, director de la academia que Nadal tiene en Manacor. «Lleva asentado más de un año dentro del ‘’top 10′'. Creo que ha hecho un buen trabajo con su padre y nosotros hemos colaborado y nos sentimos orgullosos», añade. Junto con el padre, también guía los pasos de Ruud Pedro Clar, entrenador de la Academy, que atiende a este periódico antes de la final. «Ya había sido número uno del mundo júnior, pero siempre cuesta un poco la etapa, la barrera de entrar en el ‘’top 100′'. Llegó siendo un joven con muchas ganas de trabajar, de aprender, de absorber de todos lo posible para seguir creciendo, llegar al “top 100″ e ir marcándose más objetivos», explica Pedro. «Cada año intentamos trabajar en cosas específicas. Ha ido evolucionando en muchos aspectos, al principio del todo la movilidad en pista, a día de hoy creo que se mueve muy bien; el revés lo ha mejorado muchísimo; ha cogido confianza en su juego y la derecha, que ya cuando llegó la tenía buena, a día de hoy es lo que ha potenciado y lo que le hace ganar tantos partidos», analiza a su tenista.

«Jugar contra Nadal en Roland Garros es el mayor desafío de nuestro deporte», reflexiona Ruud. «Puede sonar como una tarea imposible, lleva trece finales y trece ganadas, todos sabemos lo bien que juega los puntos importantes y en los momentos clave, pero por supuesto lo voy a intentar como lo intentaron otros. Sé que no soy el favorito, trataré de disfrutarlo. Voy a soñar con golpes ganadores y largos intercambios porque es lo que voy a necesitar si quiero tener opciones. Tengo que jugar el mejor tenis de mi vida y tengo que creer», continúa el finalista. La admiración de Ruud por Rafa se vio también en los cuartos. Dada la situación del pie de Nadal, el poco rodaje, que Djokovic estaba lanzado... Casi todos daban como favorito al serbio, pero Casper lo tenía claro: «Para mí, Nadal». Y Nadal ganó. Estamos por tanto ante una especie de partido entre el maestro y el alumno. «Casper siempre comenta que Rafa ha sido y es su ídolo. Llega a esta final jugando bien, con confianza, y aunque tenga delante la leyenda de jugador que va a tener, va a intentar con su juego y con su tenis poder tener sus posibilidades. Por mucho que haya ese respeto, tienes que entrar en pista pensando que estás allí y que lo mereces porque tu juego vale para poder ganar», desvela Pedro Clar.

TRECE DE TRECE EN FINALES EN PARÍS

Efectivamente, Rafa no ha perdido nunca la final en París. Es más, ni siquiera ha necesitado cinco sets para levantar los brazos o revolcarse por la tierra. En sus trece finales, ha vencido en tres o cuatro parciales, como mucho. En ese último duelo lo intentaron frenar Federer (4 veces), Djokovic (3), Thiem (2), Puerta, Soderling, Ferrer y Wawrinka (1). Todos fallaron. Se impuso el zurdo con sol, frío, al aire libre e incluso bajo techo y en otoño en 2020 por la pandemia. En esas condiciones pesadas se espera que se juegue también hoy, incluso puede ser «indoor» si llueve. Nadal ganó con 19 años y puede repetir con 36, lo que le convertiría en el más veterano en imponerse en la Philippe Chatrier.

No hay precedentes, pero tampoco secretos entre los finalistas. El noruego sabe el efecto y el peligro de los golpes de Nadal y Nadal sabe que se mide a un especialista en tierra, de los pocos que quedan, con tiros muy liftados y mucho juego desde el fondo de la pista. Contra Zverev se vio al zurdo un poco cansado: fueron ¡tres horas y 13 minutos! y no se habían disputado ni dos sets completos. Pero ha podido descansar y ayer estuvo entrenando una hora para soltarse, con mucho público. Ya es leyenda, pero puede seguir creciendo todavía más. Sería su décimo cuarto Roland Garros y su vigésimo segundo Grand Slam, poniendo ya dos de distancia con Djokovic y Federer. Después, ya tendrá tiempo de pensar en su pie y en su futuro.