Wimbledon

Los trabajos forzados de Rafa para empezar

Rafa sufrió para deshacerse del argentino Cerúndolo en cuatro sets (6-4, 6-3, 3-6 y 6-4 en tres horas y 34 minutos). Le espera el lituano Berankis

Nadal se deshizo en primera ronda del argentino Cerúndolo
Nadal se deshizo en primera ronda del argentino CerúndoloANDY RAINAgencia EFE

Los sacadores se quejan de que este año la hierba de Wimbledon está más lenta que nunca. Nadal y Cerúndolo lo ratificaron en un partido atípico para tratarse de una primera ronda en el pasto de Londres. Intercambios prolongados, subidas a la red las justas, aces que se podían contar con los dedos de una mano... el argentino se rebeló contra su destino e hizo sufrir a Rafa que terminó imponiéndose por 6-4, 6-3, 3-6 y 6-4 en tres horas y 33 minutos. En segunda ronda le espera otra raqueta, la del lituano Berankis, para seguir cogiendo temperatura.

El relato de Nadal en Wimbledon empezó apacible, se complicó con el desarrollo del partido y acabó con un final feliz. El pie izquierdo, lo más importante y la base de todo, no dio guerra; la central con el techo descubierto; un día de sol en Londres, aunque con viento; enfrente un jugador perfecto para ir cogiendo temperatura y lo mejor, aunque esto no lo dirá Rafa jamás, es que Cilic, Berrettini y Querrey cogieron la puerta de salida por diferentes motivos. Después, un combate que estuvo más equilibrado de lo que parecía.

Cerúndolo se ha convertido, con permiso de Alcaraz, en una de las revelaciones del curso. El argentino es el número 41 del mundo, hizo semifinales en Miami, el año pasado no superó la previa en Londres y disfrutaba de su primer día en Wimbledon. Estaba encantado de jugar contra el ganador de 22 Grand Slams. Como para no. Y Rafa también agradecía el rival que tenía enfrente. El primer punto del partido se resolvió con un intercambio de más de una docena de golpes. ¿Hierba? Sí, pero... Cerúndolo aceptó los puntos largos de Nadal y así dio mucha guerra. Encajó un break en el cuarto juego, pero lo recuperó de inmediato e incluso llegó a amenazar en el momento de la verdad. Rafa tuvo que salvar tres bolas de ruptura en el noveno juego y lo hizo con un primer servicio muy notable. Fue lo mejor que mostró hasta ese momento. Porque Nadal, y más todavía en hierba, necesita ir cogiendo temperatura poco a poco. El modo en que se apuntó el noveno juego le sirvió de impulso para coger confianza y soltar un poco más el brazo. Aparecieron los primeros drives y con un buen revés cruzado templó los ánimos del bonaerense.

Cerúndolo no asimiló bien la perdida del primer set, aunque sus gestos negando con la cabeza la resolución del parcial resultaron engañosos. Rafa resolvió con comodidad sus dos primeros servicios, pero se enredó en el tercero. El argentino generó problemas porque se soltó con la derecha y dispuso de la primera bola de break. No la consumó y eso le hizo flaquear. Y más porque Nadal puso el piloto automático y redujo el número de errores al mínimo. Sumó un break en el sexto juego, con un intercambio de 26 golpes incluido, que supuso el despegue para encarrilar el partido.

Al argentino el partido se le empezó a atragantar, pero fue capaz de rebelarse. Después de ceder los dos primeros sets y encontrarse 2-1 abajo con un break en contra se incorporó. Intentó dominar y lo consiguió. Fue atrevido, se impuso desde el fondo y Rafa se encontró con un rival que tenía ganas de pelea. Llegaron las miradas al palco, el sol que molestaba, las bolas que pesaban más, apenas tres golpes ganadores en el parcial y el argentino se lo creyó. Salvó dos bolas de break en el noveno juego y obligó a Nadal a una dosis de trabajo extra.

Porque el tenis del argentino le permitió mantener la inercia. Movió mucho a Rafa de lado a lado y pasó a gobernar el partido con una autoridad inquietante. Con el zurdo cabizbajo y acumulando errores nada habituales, Cerúndolo llegó a tener cuatro oportunidades para situarse 1-4. Nadal fue capaz de mantenerse a flote. Esa capacidad de resistencia empezó a minar el tenis dominador del argentino. En el octavo juego llegó el break que buscaba Rafa. Ahí ya no hubo vuelta atrás. Después de algo más de tres horas y media la aventura de Nadal en Londres continúa.

Bajas en el lado del cuadro de Rafa

El coronavirus no ha dejado tranquilo el torneo en las dos primeras jornadas. Primero fue el positivo de Marin Cilic y horas después llegó el de Matteo Berrettini. Tanto el croata como el italiano se encontraban por la parte del cuadro de Nadal. Cilic era su rival en unos hipotéticos octavos de final y Berrettini, en semifinales. El italiano, con un balance de 31/3 en hierba y los títulos en Halle y Stuttgart, era candidato a todo en Londres. Otra baja, aunque en este caso por haber perdido en primera ronda, fue el cañonero Sam Querrey. El estadounidense era la amenaza de Rafa para la segunda ronda, pero no pudo con el lituano Ricardas Berankis, que se impuso por 6-4, 7-5 y 6-3. Querrey, semifinalista hace cinco años y con victorias ante Andy Murray y Novak Djokovic, se despidió del torneo a la primera. Nadal y Berankis se encontraron este año en el torneo de Melbourne con victoria para el zurdo en dos sets.