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Sinner frena en seco a Alcaraz y lo elimina de Wimbledon en octavos de final

El italiano fue superior al español (6-1, 6-4, 6-7 [8/10] y 6-3), que espabiló demasiado tarde y lo intentó hasta el final: salvó cinco pelotas de partido antes de sucumbir

Carlos Alcaraz intenta llegar a una dejada en su partido contra Jannik Sinner de octavos de final de Wimbledon
Carlos Alcaraz intenta llegar a una dejada en su partido contra Jannik Sinner de octavos de final de WimbledonDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Carlos Alcaraz soñaba con jugar en la pista central de Wimbledon, pero el sueño se convirtió en pesadilla en los octavos de final ante Jannik Sinner. Hasta el tercer set hubo poco rastro del jugador dinámico y poderoso que se vio en las dos rondas anteriores (en la primera también sufrió). El joven español estuvo como falto de energía y cuando llegó al partido de verdad no le dio tiempo a culminar la remontada ante un rival que es buenísimo también, todo sea dicho (6-1, 6-4, 6-7 [8/10] y 6-3).

Ya había avisado John Isner, que en esta edición del All England Club ha batido el récord histórico de saques directos, 13.728, que ojo con Sinner, que lo tenía todo para triunfar. El italiano le acababa de vencer en tercera ronda. En realidad, ese halago del estadounidense es uno más de los que lleva recibiendo el pelirrojo desde hace tiempo. Porque antes de que todos los ojos del mundo del tenis se centraran en Carlitos ya se hablaba de Jannik. Sinner tiene 20 años (21 dentro de un mes y medio) y Alcaraz 19. Si se ha ensalzado tanto al español en este 2022 es porque se lo ha merecido, con el triunfo en dos Masters 1.000, Miami y Madrid, derrotando en la capital de España a Nadal y a Djokovic de forma consecutiva, colándose en el “top 10″... Su rival en los octavos de Londres no ha conseguido tanto, pero también tiene un tenis de muchos quilates que hace que ya todos le miren como uno de los hombres a batir. En el duelo precedente entre ambos jugadores, ganó el español. Y Jannik se quedó impresionado: él es capaz de golpear muy fuerte a la bola, pero su oponente podía hacer muchas más cosas, tenía más recursos. No le dejó que mostrara casi ninguno de ellos en la pista central del torneo más importante del mundo. Carlos apenas hizo sus dejadas marca de la casa, y con menos eficacia de lo que suele, ni logró sus puntos imposibles y sólo a veces se vio la aceleración que tiene con sus golpes, sobre todo en la derecha. No le faltó la garra para intentar engancharse al partido, pero no fue suficiente.

Los errores se le multiplicaban al murciano y Sinner apenas permitía un resquicio cuando estaba al saque. En uno, dos o tres golpes resolvía los puntos, mientras que al resto conseguía poner casi siempre la pelota en juego. No es que Alcaraz sea un sacador, pero sí se apoya mucho en ese primer golpe para llevar el mando. Apenas lo pudo hacer esta vez. Sinner le ponía la bola en juego y después era el claro dueño de los intercambios. Se mueve bien el espigado italiano y al cuarto o quinto intercambio, Carlitos la tiraba fuera o su genialidad no surtía efecto.

En el primer set Sinner se disparó rápido y no frenó. El segundo no fue muy diferente, con una rotura en el juego inicial que permitió ir siempre por delante al tenista nacido en San Candido. Ofreció resistencia por fin el murciano en el tercer parcial, era él el que sacaba y el que tenía la ventaja, 1-0, 2-1, 3-2, 4-3, 5-4... Dio alguna derecha buena, parecía recuperar la esperanza, aunque no tenía el brío de otros días. Incluso su lenguaje gestual era más melancólico, aunque es un jugador, pese a su juventud, que no suele perder los nervios ni exagerar cuando le va mal, consciente de que puede tener su oportunidad. Sinner siguió calmado y fue sacando sus juegos de servicio con presión hasta un tie break absolutamente espectacular. Sobrevivió el italiano a tres puntos de set en contra. Del 6-3 pasó al 6-5 sólido con su saque. El 6-6 fue una obra de arte en un punto durísimo que culminó con una derecha en carrera. Salió de ahí, pero ¿se iba a rendir Alcaraz? Nunca. El español volvió a demostrar que no le importa la responsabilidad, que en los puntos calientes también puede soltar el brazo. Salvó dos pelotas de set, una de ellas al filo con un revés que se fue a la línea.

Se llevó el parcial en otro largo intercambio. Podía suponer el principio de un cambio de dinámica. Sinner comenzó el cuarto parcial con dificultades, mentalmente tocado al ver que lo que estaba hecho requería de trabajos extra. Carlos intentó poner el encuentro duro, amenazó con el break, le salió algún passing en carrera de revés espectacular, de esos en los que saca el puño y mira a su palco y dice en bajito: “Vamos, Charly, vamos”. Es increíble lo mental que es este deporte, cómo la fuerza se recupera. El cuerpo va detrás de la cabeza. Pero la rotura llegó finalmente del lado de Jannik, aunque todavía no pudo respirar tranquilo porque el choque empezaba a ser ya de poder a poder. Tuvo que salvar un 0-40 en el siguiente turno de saque el transalpino. Carlitos intentó apretar hasta el final y el duelo por fin entró en ebullición. Demasiado tarde para el español, que todavía remontó con su servicio otras tres pelotas de partido, para un total de cinco. Eso podía haber hecho dudar a Sinner después, pero con su saque logró por fin levantar los brazos. No sin antes tener que salvar una pelota de break. Acabó el encuentro sin que le rompieran el servicio.

Hasta aquí llegó la segunda participación de Alcaraz en Wimbledon. Ha dejado su sello, cómo no. El público le adora. Seguro que dentro de nada conseguirá llegar más lejos. Está todavía en proceso de aprendizaje, lo que pasa es que este año se había aprendido varias lecciones del tirón.